IV → No todo es oro

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Durante el viaje, Luke se durmió tres veces del aburrimiento. Tonny se pasaba el viaje fumando y conduciendo, no hacía nada más.
    Al ver que se despertaba, exclamó:

— ¡El príncipe durmiente se ha levantado de su tercer sueño!

— Me aburro. ¿No tienes música o algo? —preguntó mientras se estiraba.

— Sí, pero la única cadena que hay en la radio es una cadena porno que descubrí hace unos meses.

— Ah, qué bien —rodeó los ojos.

— Podemos ponerla, a veces gimen. Es interesante —apunto de ponerla, Luke lo frenó.

— No, gracias, prefiero escuchar el ruido de la carretera.

Tonny le miró y se preocupó.

— Qué te pasa tío, no eres nada enrrollado.

— ¿Enrrollado? ¿¡Quieres que sea enrrollado después de haberme dejado sin teléfono, haber entrado en un restaurante que ni quería, hacerme sentir como un imbécil delante de gente que ni me conocía y ahora soltarme lo de la radio!? ¿¡Y quieres que sea enrrollado!?

— ¿No te gusta este viaje?

— Si te soy sincero, lo estoy pasando fatal.

— Ah, ¿sí?

— ¡Y deja de fumar, joder!

Al verlo cabreado, Tonny se sintió cohibido y dejó de fumar. Se encogió de hombros.

— Perdona, tío, no quería hacerte sentir un mal rato...

— Y no me llames tío, ni colega, ni amigo.

— ... Entendido.

El viaje fue incómodo durante varias horas hasta que llegaron a un motel.

Dos idiotas de casualidad - Tonny×LukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora