Babel: El Rey Demonio Kahal

Capitulo 7: La Puerta de Babel.

Charlotte…

Empezamos a atacar a los pocos guardias que resguardaban la puerta, y aunque digo pocos no eran débiles.

-Ofresco mis plegarias a dios- Dije mientras esquivaba el hacha de un gardia vampiro y preparaba mi estoque –[Espada de Luz] – un rayo de luz blanca atravesó al vampiro y cayo al piso mientras se desvanecia.
Revise mi mana, si se estaba gastando rápidamente. Aunque el rezo al inicio dividia a la mitad el coste de mana, aun necesitaba mucho para mantener el ritmo. Si nos ganaban en numero dos a uno, y resistían hasta tres golpes santos, por lo que eran rudos.
Gire hacia un lado esquivando la lanza de otro vampiro y con un suave movimiento clave mi estoque en su ojo.

-El ciervo de dios te ordena. Muere [Estocada de luz]- La luz atravesó su cráneo imbuida de atributo santo, pero volvió a ponerse de pie en segundos.

Rapidamente use una habilidad [Percutor de colmillos] El tiempo de espera para lanzar hechizos diminuyo y lo remate utilizando [Espada de luz]
Ese, por suerte era el ultimo.
Alisteir y Jaime ya habían terminado su parte, asi que nos reunimos denuevo y nos preparamos para entrar en la torre de luz.

Corrimos con todas nuestras fuerzas y atravesamos la luz. Entonces lo que vimos nos maravillo, al menos a mi me maravillo. Era hermoso, como si estuviéramos flotando en un cielo estrellado y frente a nosotros, estaba sentada una mujer Peliroja en una butaca. A su lado sentada en una silla una mujer peli mora.

Eran totalmente distintas, la peliroja tenia el cabello largo y ondulado, mostraba una sonrisa coqueta y unos pechos abultados, vestia una especie de vestido muy bien ornamentado. La pelimora e cambio tenia el cabello poco mas debajo de los hombros y liso, no tenia mucho pecho y vestia una especie de manto de clérigo.
Parecian totalmente opuestas.

-Yo soy Beatorice Beato Desu- Se presento la peliroja

-Yo soy Beatorice Riche Masu- Se presento la pelimora

Solo entonces me di cuenta, estaba totalmente a solas con esas dos mujeres, tanto Alisteir como Jaime no estaban.

Otra cosa que note fue incluso mas extraña, los ojos de Beato tenían pupilas rojas, pero si veias bien, era enrealidad una rosa roja abierta en perfecta circunferencia. Con Riche sucedia algo parecido, solo que en vez de rosas tenia violetas como pupilas.

-Estamos aquí para cobrar el peaje de el viaje- Dijo Beato con un tono jugueton.

-¿Cuál es el precio?- Pregunte, no estoy segura de que me permitan poner esto en el presupuesto de el próximo año.

- Una confesión – Respondio Riche – El precio es que la primera confesión que hagas una vez salgas de aquí termine siendo un total rechazo-
Ese era un precio risible, la verdad, no había forma de que hubiese alguien que me gustase… bueno… si se tratase de Jaime… Basta, no puedo pensar en eso ahora. No es como si me le fuese a confesar ni nada ¿Cierto? Solo que es mejor que Alisteir, si eso.

-¿No es un precio algo extraño? – Pregunte solo por si acaso.
Beato sonrio

-Solo recuerda que deberas pagar mas cada vez que pases, los precios varian con respecto a la persona.- esa fue la respuesta de Beato.

Entonces mi vista cambio completamente, a la de la sala de un edificio sumamente raro, además, no había pista de la torre de energía ni de las mujeres de hace un instante.

Mire alrededor y solo encontré paredes de tierra mal iluminadas y un chico que estaba muy magullado y tirado en el suelo, si me lo preguntas, la manera mas fácil de describir su apariencia seria un gato viejo que no se ve nada mal… como esos gatos amarillos, pero transformado en ser humano o algo asi. Su cabello rubio estaba desordenado y vestia una especie de uniforme.
Pero estaba muy maltratado.
El aire se sentía distinto de donde habíamos estado hace segundos y lo mas raro era que no podía sentir el mana de la tierra tan fuerte como antes. Era como si solo hubiese una centecima parte del mana en el mundo.