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~Eddie...

my love ~

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my love ~


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El día era gris, nostálgico y triste, casi como si representase los sentimientos de Arabella, con la pena consumiendo sus ánimos, sin poder hacer nada más que moverse de un lado a otro de forma automática, guardando sus pertenencias principales en bolsos y cajas, esperando llevar la mayoría consigo, aunque sabía que algunas de sus cosas quedarían en la cabaña, esperando a que regresaran algún día, no podía llevar todos sus libros, ni la colección de cómics de Eddie, debía dejar algunos pares de zapatillas y, tristemente, elegir sus dibujos favoritos que Hank le había regalado, pues ya no tendrían una enorme pared para admirarlos; habían hablado de su nueva aventura la noche anterior, revisando sus ahorros y trazando rutas en el mapa, visitarian a Wayne en el camino, definitivamente, Bella tenía un manojo de sentimientos, sin saber realmente cómo sentirse, estaba apunto de cumplir uno de sus sueños más grande, recorrer el país con su mejor amigo, pero...la manera en que fueron orillados a tomar esa decisión, aún no estaba lista para dejar el pueblo donde creció, a pesar de la manera en que siempre la habían tratado, ya no podría visitar a su hermano o ir con Steve y Robin a pasar la tarde, no podrían disfrutar de las últimas semanas de vacaciones para jugar DND o practicar con la banda, todos los recuerdos, toda su infancia y adolescencia ¿que más podía hacer que escapar? el lugar donde creció ya no se sentía como un hogar, ya no había calidez, recordando todas las miradas de odio y los insultos que soportaban los últimos meses, necesitaba salir de allí, alejarse del caos, por un momento en su vida quería sentir lo que era la paz y, con suerte, lo lograrían en aquel viaje por las carreteras de Estados Unidos; soltó un suspiro, mirando la colección de cassettes que, sabía, no podría llevar consigo.

─solo escoge los mejores.─Eddie murmuró abrazándola desde la espalda, sabiendo que todo ello era difícil.

─no puedo, quiero llevarlos todos.─bufó, escuchando la pequeña risa del pelilargo que apoyaba la cabeza en su hombro.

𝗘𝗗𝗗𝗜𝗘, 𝗠𝗬 𝗟𝗢𝗩𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora