Capitulo 3

901 37 1
                                    


- Que te trae por aquí? 

- ¿Pero no estabas estudiando interpretación? -La interrumpí ignorando su pregunta. -La última vez que supe de ti estabas ensayando con un grupo de teatro para...

-Alguien me abrió los ojos- soltó y mi confusión se hizo más evidente. -Poche... ¿De verdad crees que yo habría tenido futuro como actriz? -De nuevo su voz, de nuevo su manera de pronunciar mi

nombre y la bofetada que me lanzaba al pasado.

-No sé, el perfil lo das claramente-le respondí sin estar segura de que aquella pregunta fuese retórica- Cuando supe que estabas preparándote, creía que...

-El perfil-me interrumpió de nuevo- El perfil tal vez lo doy, pero una cosa es eso y otra ser capaz de ganarme la vida con ello. Y te aseguro que no tenía muchas cualidades para eso. Además, ¿Quién en

su sano juicio iba a dejar pasar la oportunidad de estudiar algo importante en Yale? Y no digo que ser actriz no lo sea, pero habría sido una gran pérdida de tiempo para alguien como yo.

Sin duda, era ella. Era Daniela Calle -Pues tal vez tengas razón-mascullé Pero ¿médico?

- ¿Por qué no? -me cuestionó y volví a sentir las mismas dudas de si responder o no- ¿No crees que estudiar medicina sea algo importante? -añadió ante mi silencio. Por supuesto que era importante,

demasiado de hecho, por eso me había dejado completamente en shock al verla allí.

- Claro que sí, digo... Claro que es importante, de hecho, es muy importante. Solo, solo digo que no me esperaba jamás encontrarte así, no sé... Ok. Lo siento, no quiero ofenderte, es solo...

-Tranquila-volvía a interrumpirme. De nuevo los nervios empezaron a azotarme y esa vez, hizo que mi tan detestable verborrea saliese a relucir. Algo que no quería que sucediese bajo ningún concepto,

pero que sucedió. Sin embargo, a Daniela le hizo gracia y por segunda vez, me sonrió- Te he entendido. Supongo que es un shock para ti, es como si me dices que ya no te dedicas al teatro y ahora eres...

Que se yo, jugadora de baloncesto. -Bromeó o eso quise entender a pesar de su particular referencia-Yo también estaría en shock.

-Ya... Jugadora de baloncesto-balbuceé-Muy sarcástica, Daniela. Veo que eso no lo has perdido. -Añadí empujando mis nervios hasta lo más profundo de mi estómago. Algo que aprendí a hacer años

atrás, cuando con su particular sarcasmo trataba de ridiculizarme. No había olvidado esa técnica, es más, me ha servido mucho para mi profesión.

-No, eso sigue intacto en mi-volvió a sonreírme- ¿Y bien? ¿Qué haces aquí?

-Pues tengo una cita

- ¿Una cita? ¿Conmigo?-me preguntó mientras se lanzaba a buscar mi nombre en la pantalla de su ordenador. Pero yo no permití que me encontrase, básicamente porque no lo iba a lograr.

Si me había pasado 40 minutos sentada en una sala de espera completamente camuflada, era precisamente para eso, para evitar que supieran que estaba allí, por lo que me había asegurado de que en

ninguna lista de pacientes apareciese mi nombre real.

-Melinda Gate-le dije y su gesto volvió a contrariarse Es, es un nombre falso. Mi doctor, el doctor Jackson, llevó a cabo la cita. -Me excusé haciendo una breve pausa, esperando que asimilase la

había obligado a hacer a uno de los mejores doctores de toda Nueva York. Para mi tenia sentido- Es complicado de explicar, Daniela, pero ya sabes que en este país, más aun en esta ciudad, cualquier estúpida información de alguien mínimamente conocido se expande por todos lados, y llega a donde menos lo esperas. Y le pedí al doctor Jackson que debía tener confidencialidad total.

EN TUS MANOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora