Y así es como la perdí, mintiéndole...y ahora es tarde. Es todo lo que resuena en mi cabeza - pensó Franco. Verla de la mano de ese tipo le hacía sentir el ser más despreciable del mundo. El sabía que ella era feliz, pero quería que lo fuera junto a él. Como lo habían sido siempre. Un dolor en el pecho se le clavaba cada vez que le invadían esos pensamientos. Le dolía el alma y sentía que se le desgarraba a cada segundo. Mientras brotaban lágrimas en sus ojos, algo invadió su pensamiento, alguien le acariciaba el brazo, llamándolo por su nombre.
¿Franco, mi amor, estás despierto? - dijo Sara. Franco se despertó de un brinco y al ver a Sara mirarlo y a su lado, suspiró de alivio. Hacía 4 meses que había vuelto a casa con su familia, pero aún le parecía increíble haberse librado de esa pesadilla.
¿Estás bien? - preguntó Sara.
Ahora sí - contestó Franco.
Ella vio en sus ojos lágrimas que le brotaban desde la más profunda desesperación, por lo que, a pesar de intentar no sacar el tema tan a menudo, tuvo que preguntarle: ¿Otra pesadilla?Sí, y de las peores - afirmó Franco.
¿Te estaban haciendo daño en la cárcel? - preguntó Sara con miedo.
No - dijo él, no muy seguro de querer contarle cada detalle de esa pesadilla. Pues en su interior temía que esos malos sueños se acabaran convirtiendo en realidad. El sabía que Sara era una mujer independiente y fuerte, y que no lo necesitaba para sentirse bien, pero sabía que lo amaba por encima de todo, de forma incondicional. Por eso tenía miedo de fallarle de nuevo, de no estar a su altura. <No me la merezco>, pensaba a veces. La traicionó con la mentira a pesar de ser su más fiel amiga, su mujer y el amor de su vida, y eso le hacía sentirse una mala persona.Sara lo conocía mejor que nadie, y sabía que su rostro reflejaba miedo, por lo que le insistió en que le contara la pesadilla que acababa de tener.
Franco, confía en mi amor. Sabes que puedes hacerlo - dijo ella. El le respondió con una media sonrisa y un corto beso. Lo sé, eres la persona en la que más confío en el mundo - dijo Franco. Pero tengo miedo, confesaba. Tengo miedo de que algunos de mis pensamientos se hagan realidad. A pesar de ello, tuvo el coraje de contarle que es lo que lo había hecho llorar mientras dormía.
Estabas con otro Sara. Yo ya no te importaba. ¿Y sabes lo peor de todo? Que me lo merecía. Me lo merecía y puede que me lo merezca. No sé si algún día conseguiré perdonarme todo el daño que os hice - dijo él intentando aguantar la lágrima que volvía a asomar por su ojo izquierdo.
Ey ey, tranquilo - dijo Sara mientras agarraba su rostro con ambas manos. Estoy aquí Franco, y no me voy a ir, te lo prometo. Te amo, no lo olvides. Acercó su cara para besarlo, unió sus labios con los de él, pero Franco interrumpió el beso con sus palabras, pues no quería que aquella conversación terminase. La pesadilla lo había dejado muy tocado.
Amor, se que soy muy insistente, pero perdóname por favor - dijo Franco muy dolido con él mismo. No sé como te pude hacer eso, porque por más vueltas que le doy, solo puedo pensar que soy un imbécil que no te merece.
Pero eres mi imbécil - dijo Sara bromeando, intentando sacarle una sonrisa a Franco para que olvidara un poco sus malos pensamientos.
Y lo consiguió, Franco le respondió a la broma con un beso tierno en la mejilla mientras media sonrisa se escapaba de sus labios.
Te equivocaste, es cierto - continuaba Sara diciendo. Pero lo hiciste para protegernos mi amor. Ya me lo explicaste todo, lo entiendo y te perdono. Yo solo quiero que vuelvas a sonreír como antes. Vamos a poder con esto, como siempre hemos hecho, juntos.
Si tu miedo es que me vaya a ir con otro, eso no va a ocurrir. En tu ausencia fueron varios los hombres que se interesaron en mí y en mi supuesta separación - confesó Sara. Pero yo siempre te tuve en mente, jamás me pude olvidar de ti, más aún por la forma en que te fuiste, sin avisar y con los papeles del divorcio días después de irte y que trajo tu abogado para que firmase. Tenía la intuición de que algo ocurría. Aunque cuando los días pasaban eran más una esperanza porque realmente volvieras, más que un pensamiento lógico.
No sabes la de noches que soñé por volver a escuchar tu voz - decía Franco interrumpiéndola mientras besaba su mano. Pero, ¿qué es eso de que varios hombres estaban interesados en ti? - dijo cambiando su tono de voz a uno un tanto celoso.
Pues sí, así es - decía Sara medio burlándose de su marido.
¡Oye! - exclamó Franco.
A Sara le encantaba verlo celoso, aunque fuera de vez en cuando, por lo que su reacción provocó en ella más de una carcajada.
Sabes de sobra que solo tengo ojos para ti, no podía ni puedo pensar en nadie más - confesó Sara.Esas palabras hicieron sonreír a Franco, quien respondió con un largo y tierno beso que el mismo volvió a interrumpir para terminar de decirle algo.
Sara, nunca te lo he dicho, pero gracias. Gracias por cuidar a nuestros hijos cuando no estuve a tu lado, gracias por quedarte y gracias por quererme como lo haces. Mi vida terminó el día que cruce las paredes de esa maldita celda y creí haberte perdido para siempre, pero tu me devolviste a la vida. Te amo.Te amo - contestó Sara respondiéndole a su vez con un beso.
Comenzaron a besarse de forma apasionada, con necesidad de sentirse el uno en el otro. Franco la tumbó para situarse sobre ella, deshaciéndose como pudo de la camiseta holgada con la que su mujer durmió esa noche.
Sara lo agarró de la nuca para pegarlo a ella aún más si era posible, dejando acceso a Franco para que besara su cuello. Sara se estremeció al sentir la lengua de Franco pasearse por todo su cuello. Le agarró la cara con desesperación y lo volvió a besar frenéticamente, tanto, que al morder su labio inferior, Franco gritó de dolor.
Auch - se quejó Franco, si que me tienes ganas.
Muchas - respondió Sara.
Entre risas, Franco se dispuso a quitarle a Sara la única prenda que cubría su cuerpo y que tanto le estorbaba, sus braguitas. Pero cuando se dispuso a hacerlo, algo les interrumpió.¡Mamá! ¡Papá! - gritaba Gaby escalera arriba.
Había olvidado que era fin de semana - lamentó Franco mirando a Sara. Ambos comenzaron a vestirse rápidamente para que su hija no notase lo que había estado a punto de pasar.La noche anterior habían tenido una cena de negocios y llegaron tarde a casa, por lo que aún estaban en la cama.
¡Ya está listo el desayuno! - gritó Gaby mientras interrumpía la escena entrando por fuerza a la habitación de sus padres.
Ya vamos hija - contestó Sara.
¡Ah! Ha llamado la abuela. Le ha dicho a Andrés que hoy se reunirá con la tía Jimena y la tía Norma para organizar la comida de Navidad. Me ha dicho que no puedes faltar - decía ilusionada.
Está bien Gaby - respondió Sara mientras se levantaba de la cama con intención de ir a desayunar tras esa interrupción.
Franco se quedó sentado en la cama. Navidad... - dijo pensativo.
¿Qué pasa amor? - preguntó Sara.
Hace 4 años no paso una navidad con ustedes - dijo mientras miraba a Sara con los ojos vidriosos.
Sara agarró su cara uniendo su frente con la de él desde su posición. Será más especial que nunca - le dijo sonriendo, pensando en lo mucho que lo echó de menos en las anteriores y lo mucho que lloró sintiendo su ausencia.
Franco agarró a Sara de la mano y bajaron a desayunar, mientras pensaba en qué podía hacer de especial, pues su mujer e hijos merecían todo, más aún tras su ausencia.
ESTÁS LEYENDO
"PRIMERA NAVIDAD EN CUATRO AÑOS"
FanfictionEsta historia está basada en la historia de Sara y Franco en Pasión de Gavilanes 1 y 2. Franco regresó hace 4 meses a San Marcos tras estar 4 años fuera por un problema de negocios que ocultó a su familia y que lo hizo estar en la cárcel durante tod...