"PRIMERA NAVIDAD EN CUATRO AÑOS"

Parte IX - Reyes Magos III

Pero....Franco....esto...¿qué signifi-ca? - terminó de decir cual robot mientras se volteó a ver a su marido, agachado y con una rodilla apoyada en el suelo.

Sara Elizondo, estoy muy harto de estar divorciado de ti. Te amo más que a nada en el mundo, a ti y a nuestros hijos, ¿querrías volver a ser mi esposa? - dijo aún con la rodilla apoyada en el suelo, desde donde podía visualizar el rostro de Sara, que estaba tan cansada como emocionada.

Yo también estoy harta de estar divorciada de ti. Claro que quiero. Te amo - dijo mientras agachó su cabeza buscando los labios de Franco para besarlo.

No me acordaba ni de que no estábamos casados - dijo Sara riendo. Estos meses han sido muy difíciles...

Yo si que recuerdo como el maldito socio que me hizo esto me amenazó con haceros daño sino firmaba los papeles. Créeme que deseaba volver a casarme contigo desde el día que los firmé. Fue como si me separase de ti de verdad, sin tenerte cerca, sentirte, sin poder darte explicaciones. Aún así te seguía sintiendo mía. Seguía siendo parte de ti, pero imaginarte leyendo ese papel fue lo más doloroso que viví en años. Hacerte daño es lo más imbécil que puedo hacer en mi vida, pues es hacerme daño a mi, ¿entiendes eso no? No quiero que dudes ni un segundo de lo que siento por ti Sara. Tu me devolviste a la vida, por segunda vez. Mi alma te pertenece - terminó de decir Franco.

Gracias por hacer lo posible por encontrarme...encontrarnos. Te necesito conmigo. Me haces tan feliz... - Sara se quedó sin palabras.

Bueno, ¿pónmelo no? - dijo Sara mientras volvía a secarse las lágrimas.

Lee antes el grabado de dentro - dijo Franco.

"Incondicional. Siempre, F". No me lo puedo creer - dijo Sara sorprendida al leer el texto que se encontraba en el interior del precioso anillo.

¿El qué amor? - preguntó Franco extrañado.

"Incondicional" - respondió Sara.

Sí, eso pone - Franco seguía sin entender nada.

Hemos pensado lo mismo - Sara no podía parar de reír pensando lo diferente, pero a la vez tan iguales que eran ambos. Espera un momento y lo entenderás.

Franco se quedó frente al árbol, esperando encontrar respuestas a lo que su mujer le estaba diciendo.

Aquí tienes - dijo mientras llegó de regreso de su dormitorio.

¿Qué es? - preguntó Franco.

Es tu regalo. Ábrelo y lo entenderás.

Franco quiso salir de dudas y se dispuso a abrir su regalo, aunque con mucho menos cuidado que el que Sara había tenido abriendo el suyo. Estaba nervioso. Era el primer regalo que recibía después de tantos años. No era el regalo en sí, era ella, su cara mirándolo mientras lo abría. Era feliz y eso le hacía feliz.

Una pulsera...es preciosa amor - dijo Franco mientras intentaba ponérsela.

Espera, espera - dijo Sara intentando detenerlo para que no se la pusiera sin leer primero el grabado que tenía. Lee el grabado.

"Incondicional. Siempre, S" - leyó Franco en voz alta. No me lo puedo creer, ¿me leíste la mente o qué? - dijo medio riendo llevándose las manos a la cabeza. ¿Y esa forma de firmar...te estás copiando de mí?

No, bobo. Eché tanto de menos tus "F" por todos lados que me dieron ganas de darte mis "S". ¿No te gusta? - preguntó Sara.

Me encanta amor, te amo. Así que señorita...si te quedaba alguna duda para darme el sí quiero...aquí tienes las pruebas. Somos tal para cual - dijo Franco acercándose a darle un beso.