Parte 5- Lucifer

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Anteriormente...

La joven al darse cuenta de su compañero de hace unos pocos días, se quedo sorprendida ya que por una fracción de tiempo se olvidó de él.

El se encontraba ahí parado a unos pasos de ella. Parecía algo asustado. Así que decidió hablarle como siempre lo hacía para tranquilizarlo.

-Tn:...eh... yo...bueno... Primero que nada, se que me veo bastante mal pero no tengo heridas graves. No te preocupes por eso.... Y segundo, la mayoría de la sangre que tengo encima no es mía.- dijo tratando de tranquilizarlo.

Trato de caminar hacía adelante pero estaba muy cansada y apenas podía moverse. Se quedó un momento más en el marco de la puerta. Cuando vio de nuevo a su amigo, el seguía ahí parado.

-Tn: oye, tranquilo... estoy bien, solo estoy un poco cansada...

Al escuchar eso, el cervatillo permaneció un minuto en el lugar donde estaba para luego irse a su cama. En cambio, la joven empezó a caminar, después de que cerró la puerta, en dirección a la cocina. El solo la miraba, de todas formas no podía hacer mucho por culpa de su estado físico. No la vio más y supuso que se encontraba bien ya que escucho que puso música en alto.

Luego de unos minutos la muchacha ya se había bañado y curado las heridas que tenía. A lo cuál prosiguió con el plan que tenía. Solo esperaba que cierto demonio que invocaría no quisiera dar un paseo por su casa o quedarse un tiempo para charlar como casi siempre lo hacía, no porque no le guste su compañía si no porque se encontraba muy cansada y además no quería que viera al cervatillo ya que a veces Lucifer se comportaba algo extraño y temía que le hiciera algo.
Porque sí, Lucifer y ella ya tenían una relación mucho más cercana. Por alguna razón el ángel caído le tomó cariño a la chica, no un cariño de interés romántico si no que una más fraternal, ella era como una hija para él. El motivo por el cuál el la consideraba así era porque ella hizo un trato con él, de mucho más joven, y desde ese momento ella cada cierto intervalo de tiempo lo invocaba para pedirle ayuda y también lo trataba de manera amable y agradable. Le hacía recordar a Charlotte, su hija, que casi no veía porque estaba muy ocupada con el trabajo en el hotel y con los redimidos, ya que ella era en varías ocasiones alegre como Charlotte y que además le sabía escuchar y hasta a veces "mimar" por así decirlo. Es decir, le preparaba comida deliciosa con manzanas y le conseguía plantas de ese fruto y manzanas para que se lo llevara al infierno. Aunque lamentablemente, las plantas morían después de un tiempo y no lograba que se mantuvieran vivas, lo cuál a veces lo frustraba pero la joven siempre lo animaba. El sentimiento no era casi distinto en la joven, también sentía un gran apreció por el demonio pero siempre con cuidado.

La chica, ya tenía todo listo para hacer el ritual. Ya había hecho el pentagrama en el suelo y colocado las velas en su lugar. Y se aseguro que la puerta de la cocina esté cerrada para que nada salga o entre por ese umbral. Llamó a su sombra y le ordenó que trajera lo que le dijo que llevara a casa. En un segundo, en medio del pentagrama se encontraba un hombre robusto y mucho más alto que ella. Estaba atado de pies y manos, y además de eso estaba amordazado así que no podía hacer casi ningún sonido y solo le quedaba mirar. Este también se encontraba muy golpeado, ya que no se dejo atrapar tan fácilmente. El era un traficante de personas, que se encontraba escondido en el pueblo. A la joven le sorprendió que haya tenido tantos guardaespaldas y gente cuidandole de cerca, lo que le hizo un poco difícil traerlo. Por esa razón había llegado en ese estado a casa.
La muchacha lo miró unos segundos para luego comenzar con el ritual de invocación. En cuanto terminó, las velas se apagaron en un segundo y se volvieron a encender. Cuando pasó eso, al lado del hombre amordazado se encontraba Lucifer con una gran sonrisa...

-Lucifer: Oh mi querida Tn, un gusto verte de vuelta.- dijo para dirigirse a ella y abrazarla.- ¿Porqué no me invocaste más antes? Ya te extrañaba y me estaba empezando a preocupar.- dicho esto, el se separa de ella y se pone a su lado de forma que también estaba mirando el pentagrama que estaba en el piso.- ¿Eso de allí es para mí? Muchas gracias, lo voy a disfrutar jaja....- dijo con una sonrisa cínica.

No creí que fueras real (Alastor x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora