Capitulo 33

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Las cosas han sido extrañas, muy extrañas, lo único que recuerda es haber despertado en una camilla de hospital, las enfermeras le mencionaron que había sido encontrado en la orilla de la playa con deshidratación y sin ningún documento en mano, sin registro de nacimiento y sin boletines de se busca de él en todo el país así que era un desconocido, o alguien sin identidad.

Pasa un tiempo; Sale del hospital y lo guían a un grupo de apoyo donde para su suerte esta repleto de gente bondadosa, que es linda con el, que lo tratan bien y es ahí donde le dan una identidad, un nombre, la enfermera que es voluntaria llamada Chelsea es la primera en decirlo.

"Eres encantador, con tus rizos, tus hoyuelos y tus lindos ojos color verdes" Dijo Chelsea; Una joven de tal vez unos veintitrés años de edad, cabello rubio y largo hasta la cintura, ojos color miel, mejillas regordetas y maquilladas con rubor, tenia un hijo llamado Charles y un esposo en la armada de los Estados Unidos de América. "Es lamentable que no sepamos tu nombre, ¿Sabes?, estoy harta de que todos se dirijan hacia ti como el chico de la habitación veintiocho" Soltó un suspiro y revoloteo mi cabello.

"¿Tienes algún nombre en mente?" Dije mientras terminaba de abrochar las cintas de mis tenis, el día de hoy había actividad física en el patio, si todo marchaba bien y mi salud mejoraba podía salir del grupo de apoyo, buscar algún trabajo donde aceptaran a un adulto sin memoria, (sin identidad que gracioso cierto) y poder independizarme, pero debía ir poco a poco, primero relacionarme con el entorno de la gran ciudad de Chicago, porque oh sorpresa, de todos los malditos lugares donde pude haber sido encontrado había sido en una ciudad tan malditamente grande, entonces... relacionarme con las personas del exterior, adaptarme, encontrar un nombre y poder solicitar empleo.

"Hay muchísimos nombres, demasiados" Dice Chelsea mirando por la ventana de la habitación, en el jardín se mira un grupo de alrededor veinte personas, ve el rostro de Chelsea y por un segundo se instala una expresión en su rostro, la ve casi siempre en el rostro de los trabajadores del grupo de apoyo, ya la ha podido identificar como lastima.

"¿Y como debo de tomar la decisión de escoger uno?" Arqueo una ceja mientras me paro a su lado, mirando a las personas sentarse en el pasto verdoso del jardín.

"No lo se cariño" Se voltea hacia el. "Pero eres un muchacho guapo, deberías tener un nombre que lo represente, ¿Sabes?, un nombre autoritario, que imponga" Dice con cierta emoción y le pica una costilla para sacarle una risa, el se abochorna sin poder evitarlo, Chelsea es adorable y linda, pero si de algo se ha dado cuenta es que el no la ve como los demás chicos, el la aprecia y la estima y le tiene mucho respeto, no como Jason o Marlon que apenas Chelsea se da la vuelta le miran el trasero o cuando ella se inclina para recoger algo y los chicos luchan por ver debajo de su vestido de enfermera, el no la mira de esa forma. "¿Que tal Lucas?" Alzo una ceja hacia el mientras comenzaban a caminar a la puerta de la habitación, frunce el ceño hacia ella. "Bueno si... es un nombre feo" Suelta una risita. "Pero si hablamos de nombres imponentes y respetuosos debería ser..." Piensa mientras ve el pasillo largo.

"¿Nombres imponentes?" La doctora Silvia se une a ellos; La doctora Silvia es la encargada de darlo de alta, y no es por presumir pero el siente que es uno de sus favoritos y por ello es que le va tan bien en su rehabilitación, le dan atención de mas pero no le digan a los demás.

"Si, sentimos que ya es tiempo de que habitación numero veintiocho tenga un nombre, ¿Cierto?" Chelsea pregunta divertido a el y el asiente.

"¿Que tal un nombre de la realeza?" La doctora Silvia deja la pregunta al aire y sus ojos se abren sin poder evitarlo, sorprendido, eso suena bien.

"Desconozco los nombres de la realeza pero se escucha adulador" Dice divertido y Chelsea suelta una risita.

"Antes de decidirme por ponerle Charles a mi hijo tenia otro en mente, tal vez ese te guste" Dice mientras abren la puerta para salir al jardín, la bata blanca de la doctora Silvia vuela con el impacto del viento y eso impulsa el olor a durazno a las fosas nasales del rizado, le gusta mucho el olor de la doctora Silvia honestamente.

Fatum  ▸Larry Stylinson ▸AuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora