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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

El lugar retumbo minutos después de que Joaquín se retirara, dos niños abrieron de par en par la puerta gritando.

- ¡Los bandidos! ¡Aquí vienen! – grito el mas grande mientras el otro temblaba.

Todos entraron en histeria corriendo de un lado a otro.

- Cobardes – susurro Carmen al ver el caos, y finalmente siguió a su padre solo para ver como sus "soldados" huían despavoridos – eso es humillante – susurro detrás de su abanico el cual cubría la mitad de su cara.

- Esto es lo que Chakal exige – comenzó el pequeño bandido – entreguen sus gallinas, dinero, tocino, frascos, cera para el bigote. Parece que dice "pollería", pero creo que es "joyería". Si todo eso, para acabar pronto, si nos dan todo esto. Tal vez no quememos todo su pueblo.

Todo eso se podía resumir en como Joaquín se lució peleando contra aquellos bandidos, Carmen vio muy masoquista el hecho de que Joaquín se dejara golpear, quizá eso explicaba muchas cosas.

- ¡Retrocedan! – grito el pequeño bandido.

- ¡Y no regresen jamás! – grito Joaquín.

- ¡Si, y mas vale que corran lejos! – exclamo Rosa contenta.

- Eso fue increíble – dijo Carmen acercándose a un lado de Joaquín, mirando a la entrada mientras se tapaba con su rebozo. El joven héroe la miro con la boca abierta y con sus ojos brillando de la emoción de que la menor se acercara.

- Tal vez podamos reanudar nuestra conversación, señorita Posada – Carmen levanto la mirada hacia Joaquín viendo como le ofrecía su brazo. Ella iba a tomarlo hasta que su padre le toco la espalda.

- Carmen, por favor. Hazlo por el pueblo – sintió un pequeño empujón hacia aquel hombre – sin Joaquín estamos a merced del Chakal – Carmen no miro a nadie, no tomo el brazo de Joaquín. Pero, camino tratando de salir del centro de todas las personas.

- ¿Vienes o no, Joaquín? – pregunto con seriedad, el joven héroe sintió un sabor amargo en su boca al escuchar aquel resentimiento en la voz de la menor. Ambos se alejaron de ahí, Rosa era sostenida por su padre para que no impidiera aquella cita forzada.

- Da' claro que se va a quedar con Joaquín. ¿Y vieron ese bigote?

- ¿Estas loco? Carmen hace eso para proteger al pueblo.

- Pone su deber antes que su corazón.

- Si.

- La vida puede ser difícil para los vivos.


Apenas se fue Carmen junto a Joaquín, Rosa se lanzó a pelear con su padre.

- ¡Mi madre estaría decepcionada! ¡Has vendido a tu hija porque nadie en este pueblo quiere protegerse a si mismo! ¡Son unos cobardes! ¡Manipuladores! – dicho eso se largó hacia su casa para encerrarse.

Por otro lado, en la cita forzada, Carmen había estado en silencio paseando por el pueblo siendo seguida también en silencio por Joaquín. Al salir del pueblo y llegar a la orilla del pueblo casi rozando el agua, la menor se volteo encarando al joven héroe.

- ¿Ese era tu plan? ¡Usar la presión social, que inteligente! ¿Quieres obligarme una y otra vez a hacer las cosas que tú quieres? ¿Sera así cuando nos casemos? – le dijo Carmen enojada, Joaquín dio un paso hacia atrás ante aquel rugido furioso.

- ¡No! – negó Joaquín levantando las manos.

- ¡Entonces, ¿Qué es lo que quieres, Joaquín?! – pregunto dando otro paso, esta vez el joven héroe no retrocedió. El enojo de la menor lo tenia paralizado - ¿Realmente me amas, tan siquiera? – los ojos marrones de Carmen se llenaron de lágrimas debido al enojo.

- No, no llores – dijo tomando su rostro – realmente deseaba proponerte matrimonio frente a todos porque pensé que Manolo me ganaría tu corazón – le explico – estaban tan embelesados el uno con el otro en esa serenata que no espere que mi idea fuera tan egoísta – afirmo limpiando sus lágrimas – no quería que te sintieras así – Carmen lo miraba con esos ojos hipnotizantes.

- Sabes que no me gustas, ¿Cierto? – pregunto, Joaquín bajo la mirada decepcionado, pero no sorprendido.

- Lo sé, lo siento.

- ¿Tan poco confías en ti? – pregunto nuevamente – esperaba mas de ti, esperaba que te esforzaras después de lo que dije en la fiesta de bienvenida. Realmente... realmente esperaba mucho mas de ti – afirmo decepcionada. Eso dejo al joven héroe con la boca cerrada – llévame a casa, ya es tarde – ordeno para finalizar.

Nuevamente Carmen lidero el camino hasta su casa, sin decir nada la menor se iba a meter en su casa.

- Espera, Carmen – dijo quitándose el sombrero. La menor solo volteo sin decir ninguna palabra. Joaquín saco el gorro de Carmen.

- Ese es... - se quedó en silencio observando su sombrero y a Joaquín de un lado a otro.

- Lo conservé todo este tiempo, es lo que me motiva a seguir – el rostro de Joaquín mostraba sinceridad – también leí tus libros, ellos me acompañaron durante todos mis viajes – una pequeña sonrisa se asomo de los labios de la menor, algo enternecida. Ella bajo las escaleras para jalar a Joaquín y darle un pequeño beso en su mejilla.

- Esfuérzate – murmuro Carmen para finalmente meterse a su casa. Joaquín observo con un brillo en los ojos aquella puerta donde había desaparecido la menor.

- ¡Si! – celebro Xibalba.

- ¡Si! – celebro Xibalba

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Luna y Estrellas // El libro de la vida // Manolo // Joaquín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora