Fuera del circuito F1

2. George & Janet

Este capítulo va dedicado a todas mis lectoras y a Janet, ese personaje que empezó todo.

2. Janet y George.

TeamMate of life

2009 Argentina, Balcarce.

Rogelio POV

Mi esposa desenrolló la pequeña pancarta, la cual se había pasado toda la noche decorando segura de que nuestra hija ganaría su primer campeonato, y donde en letras grandes se leía: "Mi Gran CampeonA".

La ultima vocal en un tamaño más grande, haciendo énfasis en que se trataba de una niña. Muy pocos padres se vieron contentos al leer ese pequeño detalle, pero a mi mujer poco le importaba.

─ ¡Rogelio toma la cámara, rápido, ahí viene! ─ me gritó emocionada, mientras corría al límite del alambrado.

El casco rosado de nuestra pequeña resaltaba en la pista de Karts, los chicos del garaje de mi esposa se lo habían regalado con mucho orgullo y ella lo amaba.

Janet estaba entrando en la última vuelta peleando por subir al segundo lugar, si lo conseguía, ganaría el campeonato por puntos.

─ ¡VAMOS BEBÉ, PASALOS A TODOS! ─ la animó, levantando en alto la pancarta.

Muchos padres voltean a verla enojados y alguna que otra madre que ha venido al circuito, niega con la cabeza y la observan con decepción.

Desde que Janet demostró entusiasmo por subirse a un auto, su mamá no dudó en montarla en un kart, a pesar de mis protestas sobre que aún era muy pequeña. Sabía que era lo que los padres de los otros chicos veían, porque por dentro yo también pensaba lo mismo.

Margarita la mujer de mi vida y la mamá de nuestra preciosa hija, era una piloto profesional de rally. Una de las pocas argentinas que actualmente corrían en ese tipo de categorías profesionalmente, asique ser un bicho raro no era nada nuevo para ella. Cuando tuvo a Janet, solo se dio un respiro de un año de la categoría y luego volvió al ruedo, yo en cambio decidí retirarme.

─ ¡Rogelio deja de paspear moscas y prendé la cámara! ─ me regañó nerviosa.

Las competiciones siempre la ponían así de intranquila.

Sonreí, y le mostré la cámara en alto ya preparada y lista para captar el momento.

Justo entonces Janet llegó a la anteúltima vuelta y cuando la vi acomodar su kart para atacar, supe que estaba a punto de hacer su "supermaniobra".

La ventaja principal que mi hija tenía en las competencias, era que la subestimaran, y por suerte había aprendido a usarlo a su favor.

Cuando el niño delante suyo entro en la curva cubriéndola, tuvo que tomarla muy cerrada, por lo tanto al salir de ella se abrió lo suficiente como para que Janet se le colara. Cuando entraron en la última curva, iban lado a lado.

─ Hazte chiquita, hazte chiquita.─ murmuré, como si pudiera escucharme.

En la recta final la vi encogerse de hombros y bajar un poco su cabeza, y ahí estaban esas decimas finales que la ayudaron a cruzar la línea en segundo puesto.

─ ¡ESA ES MI HIJA! ¿Vieron eso? ¿Lo vieron? ─ comenzó a presumir Margarita entre saltos y viroteos.

Janet recorría el circuito con su pequeño puño en alto. Este era su segundo campeonato en karts que ganaba, había sido más peleado que el anterior, pero finalmente lo había conseguido.