6. Carlos & Elara 🔥

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6.Carlos & Elara

︶꒦꒷♡꒷꒦︶

Carlos

México. Tulum 2019

Abrí uno de mis ojos con somnolencia. Tenía la cara pegada a la almohada, los rayos de sol se colaban por los ventanales de la habitación y las cortinas de lino tampoco hacían mucho por evitarlo. Intenté levantar un poco la cabeza, pero en cuanto estiré el cuello, los músculos de los hombros y brazos me resintieron. Me volví a dejar caer sobre la almohada, cerré los ojos y una sonrisa se me dibujó en los labios al recordar porque me dolía todo.

Un cosquilleo me recorrió la espalda, al principio pensé que era la brisa del mar colándose por el ventanal, pero la sensación se mantuvo mucho más tiempo que para ser una simple corriente de viento. Eso dibujó otra sonrisa en mis labios.

─Esta no es mi habitación─ murmuré con una risa atorada en mi garganta.

Su respiración me produjo cosquillas por todo el cuerpo.

─No, no lo es─ respondió divertida y se recostó sobre mi espalda. Sus manos acariciaron mi cintura con sus uñas muy delicadamente, tan suaves, que entonces supe que no había sido una brisa.

─¿Es muy tarde?

Por la altura del sol, sospechaba que lo era, pero me resultaba extraño que no me hubiese levantado. Nos dormíamos juntos siempre, a menos que se quedara con Janet y Priscila. Pero desde que habíamos compartido cama aquella noche de tormenta, no dejamos de hacerlo. Era como una especie de pacto silencioso entre ambos. A veces nisiquiera teniamos sexo, como cuando volviamos demasiado cansados de alguna excursion, solo nos bañamos y nos acostabamos; y aunque la mayoria del tiempo si lo teniamos, no era eso el principal objetivo, a menos no para mí.

Aun así, por las mañanas, cada uno se marchaba a su habitación. Al principio lo hacíamos para no levantar sospechas, pero con el paso de los días y con la mayoría de los chicos al corriente de lo nuestro, comencé a darme cuenta que se trataba de algo más.

Por las mañanas las paredes de Ela se levantaban como murallones, por la tarde comenzaban a caerse lentamente y en la noche, era el único momento donde sus guardias estaban completamente bajas.

─Bastante─ respondió despreocupada, mientras su dedo indice se paseaba por el contorno de mi oreja y bajaba hasta mi cuello.

Me gustaba esa sensación de hormigueo que me causaba con sus manos. Era como un masaje que oscilaba entre relajarme y exitarme.

─¿Y por qué no me levantaste?

─ Lando les dijo a todos en el desayuno, que estabas muy cansado y que mejor te dejarán dormir. Se fueron a la playa hace un par de horas y a juzgar por la comida que empacó Priscila, no van a volver hasta entrada la noche.

Eso explicaba su comportamiento y porque no me había ya hechado de la habitación.

Gruñí al sentir como mordía mi lóbulo y algo torpe por la posición en que estaba, le di una palmada en su trasero; como reprimenda. Ella solo soltó una pequeña risa divertida y arrastró sus cinco uñas, por el costado de mi torso, provocándome.

─¿No estás cansada?

Yo lo estaba. Elara requería demasiado de mí, a veces mentalmente, pero en su mayoría de forma física.

─¿Debería?─ cuestionó con ese tono de desafío, que ya muy bien le conocía.

Solté una risa amarga. Solo estaba probándome, para ver si reaccionaba o no. Pero no iba a darle esa satisfacción tan temprano, no me ganaría.

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⏰ Última actualización: Feb 28 ⏰

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