Trust Me [Freddy y tu]

Brave

Tenía mucho que no me divertía así, Sasha está bailando con Bonnie mientras que yo no sé muy bien lo que estoy haciendo pero no me quiero alejar del oso fastidioso llamado Freddy.

-Para no bailar, debo admitir que lo haces bien- su halago me toma un poco por sorpresa.

-Gracias- sonrío un poco -Tu no te mueves mal.

-Lo sé- ríe bajo -Soy perfecto.

-Sí, claro- me mofo haciendo que entrecierre los ojos.

-¿Lo dudas?- afirma su agarre sobre mi cintura, acercándome a él.

-Tal vez- sonrío divertida y acerco más mi rostro al suyo -Demuéstrame lo contrario- miro sus zafiros, retándolo.

Noto un brillo diferente en su mirada pero antes de que pueda decir algo, la voz de T.C. nos hace voltear para tomarnos una foto.

-¡Para el álbum!- agita la cámara mientras ríe.

Niego con la cabeza riendo hasta que la voz profunda de Freddy en mi oído me eriza la piel.

-Dejaremos eso para después- se acerca a los chicos dejándome a mí con un nudo en la garganta y una sensación extraña en el estómago.

Las horas pasan rápido gracias al ambiente tan ameno que conseguimos entre juegos, bailes, retos y canciones.

-¡Marinera!- Foxy me hace una seña con la mano para que me acerque -Chica me pidió llevar estas cajas a la bodega pero tengo que recoger la pirate cove, ¿Puedes ayudarme?

-Con gusto, capitán- sonrío tomando la primera caja -Pero, ¿Para qué mover esto ahorita?- lo miro extrañada.

-Pues no sé si lo notaste pero ya estamos a nada de cerrar- señala la entrada por la cual está saliendo la gente.

-Vaya...- pestañeo un par de veces -Ni cuenta me di que era tan tarde.

-Sí, lo es- camina a su área de trabajo mientras que yo me dirijo a la bodega donde escucho algunos ruidos extraños -¿Uh?- mientras más me acerco, más escucho sonidos fuertes provenientes de ahí.

Al llegar no doy crédito a lo que mis ojos están viendo. Un hombre con el uniforme de la pizzería está sobre otro chico, sus manos están sujetando con firmeza un cuchillo ensangrentado, el cual usa para apuñalarlo en el pecho repetidas veces.

No sé que hacer, parece que no me ha visto pero cuando menos lo espero, la caja resbala de mis manos cayendo al suelo en un ruido abrupto con el cual, aquel hombre gira su torso para observarme, sus ojos grises tienen las pupilas contraídas, su rostro está salpicado de sangre ajena y al posar su mirada sobre mí, una sonrisa retorcida tira de sus mejillas.

-Hola, querida- se levanta con lentitud -¿Qué haces aquí?- mis piernas comienzan a temblar ante la imponente presencia que despide -Hay una fiesta en el restaurante.

-Y-y...yo- tartamudeo al intentar hablar, sus intenciones claramente no son buenas y el miedo se ha apoderado de mí.

-¿Tú...?- suelta una carcajada.

¿Esto le parece divertido?

Me doy la vuelta para correr pero solo alcanzo a soltar un grito cuando siento que me sujeta del brazo para estamparme contra la pared.

-¡Chi...!- me cubre la boca con su mano libre -¡Mmmhh!

-¡Shhh!- mi respiración es un desastre y el tenerlo a mi espalda, sin posibilidades de escapar solo empeoran mis nervios.

Algunas lágrimas escurren por mis mejillas ante el miedo, no podré salir de esta...

¿Así terminará todo?