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Me dirigía con apuró a la casa de Finney, ya eran las dos de la tarde y llegaba algo tarde

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Me dirigía con apuró a la casa de Finney, ya eran las dos de la tarde y llegaba algo tarde.

Apresuré mis pasos, aunque una camioneta negra me hizo detenerme repentinamente.

Tuve un mal presentimiento así que decidí irme por otro rumbo.

Me maldecía mentalmente, odia llegar tarde con el, sobretodo con lo que me dijo ayer.

En cuanto puse un pie afuera de su casa, me apure a tocar con suavidad.

Su padre abrió, una sonrisa salió de el.

— Con razón Finney estaba tan ocupado... — Tocó su barba, mirando hacia dentro.

— ¡Finney, tu novia llego! — Gritó.

No me incomodaba que me tratara como la novia de Finney, al contrario.

Deseaba que alguna vez se hiciera realidad.

La silueta de Finney se materializó en mi vista, sonreí al verlo tan nervioso.

— Olivia... Llegas temprano... — Dijo con sarcasmo.

— Lo siento... Papá quería que le ayudara a ordenar la casa... — Conteste.

Y era cierto, mi padre me obligó a pasar más tiempo con el, con tal de que la casa quedara limpia.

Su padre se hizo a un lado, dándome a entender que podía pasar, obviamente lo hice, y deje que Finney me llevara a su cuarto.

— ¿Cual era la sorpresa? — Pregunte al ver su cuarto como siempre.

El me miró serio.

— Es una sorpresa.

— Lo siento.

Mordí mis labios con desespero, solo podía observar a Finney, el cual movía las cosas de su cama con desespero.

— Lo que quiero mostrarte no lo haré aquí... Así que ven. — Tomó mi mano y ambos salimos corriendo de su casa.

Que carajos, para que me hizo venir a su casa si no íbamos a estar en su casa.

Corrimos unas cuadras lejos de su casa, llegamos a un pequeño campo.

Solté su mano ya que estaba cansada, apoyé mis manos sobre mis rodillas e intenté descansar un poco.

La mirada de Finney me invadió por completo.

— ¿Ves eso? — Preguntó señalando un cohete amarillo.

Yo asentí y me volví a recomponer, caminé hacia donde señalaba, acompañado de él.

— Lo hice con Donna... Para ti.

Genial Finney.

Arruinaste toda la sorpresa con un simple nombre... ¿Tan difícil es pasar tiempo tú y yo sin mencionar a Donna?.

Me quería ir corriendo, las lágrimas amenazaban con salir.

— ¿Es su proyecto, no es así? — Pregunte al ver a Finney tan emocionado.

Noté que me miró con nerviosismo.

— Si... Pero lo transformamos en algo para ti. — Intentó darme ánimos.

— Gracias Finney... Es muy lindo... — Las palabras que salían de mi boca no estaban de acuerdo con las de mi mente.

Se acercó a mi, trayendo un pequeño control en sus manos, el cual me ofreció.

— Presiona.

Hice lo que me dijo, lo presioné sin ganas y salió disparado, dejando un humo color rosa.

— Sabes que odio el rosa. — Mencione a Finney.

— Lo siento... Donna quiso poner su color favorito. — Contestó sin más.

Gire los ojos.

Donna, Donna, Donna.

A pesar de que ellos apenas y comparten palabras, siguen muy presentes uno en el otro.

Aún indecisa sobre lo que iba a preguntar, me atreví a hacerlo.

— ¿Donna sabe que me diste su proyecto? — Pregunte con curiosidad.

— No es su proyecto.

— Si lo es Finney.

Noté cierto nerviosismo en el, suspiré de nuevo.

No me hizo algo "especial", simplemente uso algo que Donna le había hecho a él.

Para el era especial por el hecho que lo hizo con Donna.

¿Pero para mi?

Ni las palabras más dulces podrían quitarme el mal sabor de boca.

— No le molestó... — Contestó simplemente.

Intenté sonreír aunque por dentro mis pensamientos me estaban comiendo viva.

— Lo apreció... — Conteste de nuevo.

Una sonrisa de felicidad vi en su rostro.

Podría seguir fingiendo que amaba cada tonto "detalle" que el me daba, con tal de verlo feliz.

Porque era lo único que quería.

Verlo feliz.

Aunque me estuviera muriendo por sacar las lágrimas en mi almohada.

Solo que quedaba mirar de lejos y entender que jamás podrá darse algo entre Finney y yo...

Si tan solo fuera Donna...

Si tan solo fuera Donna

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Chains of love - Finney Blake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora