O3. oh, ¡felizmente atrapado!

708 90 31
                                    

"JungKook-ah, ¿estás seguro? JiMin no acostumbra a revisar su casillero y es probable que no se dé cuenta", le había dicho el gatito al conejito antes de entregar la carta.

El omega, entusiasmado porque el patito leyera su cartita, no lo escuchó. Y ahora, no quería admitirlo pero se arrepentía de no haberlo hecho, se sentía triste, avergonzado y nervioso.

JiMin no leyó o siquiera vió su locker, dando vueltas de un lado a otro con su mochila en el hombro, y en donde seguramente guardaba lo que más utilizaba; tampoco se asomaba por su respectiva zona, se dirigía directamente a sus clases.

¿Cómo JungKook estaba tan seguro de ello? Ahí era donde entraba, de nuevo, Jung HoSeok. Al ser el líder del consejo estudiantil tenía privilegios, cómo también deberes, por lo que tenía buenas excusas para pasar con disimulo por las secciones más jóvenes, nunca viendo al joven rubio.

Aquello decepcionó a JungKook.

Tras dudarlo un poco, decidió mejor retirar sus obsequios.

Luego de pedirle la réplica a YoonGi, se escabulló calmadamente por los pasillos (aunque, en su interior, estaba ansioso), dirigiéndose hacia la zona de los Hyungs de segundo año, saludando tímidamente a unas Noonas que le pellizcaron los cachetes y lo dejaron seguir con su camino sin preguntarle qué hacía ahí por su linda carita de bebé.

—Ay, mis cachetitos... —se quejaba bajito, al menos no le habían hecho preguntas por su extraña aparición ahí al entretenerse con su dulzura—. Tenían uñas largas...

Siguió caminando con sus manos sobando sus mejillas, asustándose al ver a su crush al tratar de dar vuelta en una esquina, éste venía caminando junto con TaeHyung, cargando unos cuantos libros. Al parecer, JiMin no lo vió (al estar unos cuantos metros lejos de donde él y de igual forma se ocultó), pero la nariz de su acompañante sí.

TaeHyung alzó una ceja, optando por ignorar al conejito pegado a la pared que cerraba los ojos y escondía inútilmente su aroma. Invisible, ¿eh? El tigresito rió bajito, atrayendo la mirada del de ojos avellana a propósito para que no viera al conejito. Cruzaron en cuestión de segundos el pasillo, JiMin sin notar al omega que estaba a la izquierda del otro alfa.

—JiMinnie, ¿no es esa mucha carga para ti? Puedes ir a buscar esos libros luego —recomendó discreto, deteniendo su caminar y siendo imitado.

—¿Tú crees? Faltan tres clases para usarlos... Los dejaré en mi casillero por mientras.

—Buena idea, ¿te acompaño?

—Puedes adelantarte, Tae, no te molestes.

—No, no, yo realmente quiero ir.

JiMin lo miró raro, asintiendo al cabo de un rato. El par regresó por donde venía, parando en seco al ver a cierto pelinegro en el casillero de Park. JungKook sostenía un ramito de flores y una hoja en sus manos a la vez en que trataba, como podía, de cerrar el casillero ajeno.

—¿Disculpa?

El omega pegó un brinco y se golpeó la cabeza, soltando todo al piso por el fuerte golpe y susto. Inmediatamente, su omega le advirtió que su alfa estaba ahí.

Se quedó de piedra, ¿qué debía hacer?

—¿Esos son unos Lisianthus?

TaeHyung miraba con ilusión el ramo, él no era muy conocedor de plantas, pero las flores no se le escapaban.

—Yo... S-sí —titubeó el omeguita—. L-lo siento.

—Oh, sí, ¿estabas husmeando en el casillero de JiMinnie? —preguntó cómplice el tigre, viéndole recoger con pánico sus cosas—. Qué conejito tan curioso y travieso.

Cuack! ও PJM&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora