O4. ¡primera y cálida cita!

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La adorable parejita se despidió de sus amigos correspondientes, tomaron sus mochilas, y se observaron tímidamente unos momentos antes de desaparecer en un parpadeo. El omega guiaba a su alfa a una cafetería cercana, asegurándose de que siempre estuviera a su lado y no detrás de él; en dicho sitio vendían las mejores malteadas, bebidas y repostería en sí.

JungKook se encontraba levemente apenado por las fachas que llevaba, si tenía que ser sincero, hubiera preferido tener tiempo para ducharse, cambiarse y tal vez maquillarse un poquito, pero no se quejaba. A JiMin no parecía importarle su vestimenta, pues, incluso había mencionado lo lindo que se veía.

Aquello le hizo pensar muchas cosas. El patito no parecía ser alguien materialista o muy preocupado en cómo se ve, se le notaba cómodo y eso le tranquilizaba.

Koo pensaba que Mimi era tierno, parecía un cachorrito indefenso a su lado y eso le hacía querer protegerlo a toda costa.

Su pequeño alfita ya tendría quién le protegiera de todo y de todos, y ese era el conejito.

—Alf... Hyung, ¿qué pedirás además de la malteada? —preguntó el azabache, apartando sus ojitos del menú para admirar al contrario. Había cortado sus palabras al no querer incomodar al otro, aunque su animal se molestará por la falta de cercanía con éste—. Dicen que los pasteles son los mejores.

—Creo que pediré un pastel de frambuesa —contestó, algo nervioso de tener la hermosa mirada de esas galaxias—. ¿Y tú?

—No estoy seguro, ¿torta o sándwich?

—Lo que tú quieras está bien.

JungKook se relamió los labios, los platillos se veían tan deliciosos en las fotos que no podía escoger.

JiMin sintió un extraño picor en sus belfos al mirarlo.

—¿No sabe qué comer, joven? —un alfa de unos diecisiete años apareció de repente, posicionándose a un lado del espantado omega y señalando uno de los tantos platos—. Le recomiendo éste, es el mejor para los omegas bonitos como usted.

—¿Pastelillos de canela? —ignoró el coqueteo, muy centrado en la imagen. Se veía apetitoso.

—Así es, el repostero los prepara especialmente para el mes de San Valentín —comentó.

—Muy bien, entonces serían dos malteadas, una de chocolate y otra de fresas, un pastel de frambuesa y pastelillos de canela, por favor —pidió amable—. Nada más, ¿cierto, Hyung?

El rubio asintió, dedicándole una mirada filosa al lobo. Debajo de la mesa, mantenía en puños sus manos.

—Excelente, anotado —dijo, sin prestarle atención al beta u otro omega, no sabía qué era.

—Gracias —miró unos segundos al empleado, sonriéndole con dulzura antes de hablar—: él es mi novio, ¿precioso, no? —pidiendo permiso con la mirada, tomó de la mano a su mayor, entrelazando sus dedos y depositó un corto beso—. No lo cambiaría por nadie.

El trabajador se puso rojo de la vergüenza.

—Discúlpeme, no era mi intención —hizo una reverencia—. Me retiro —apenado, se fue.

JungKook sonrió poquito, observando a JiMin vuelto un manojo de nervios, hasta temblaba con levedad.

—Siento lo que dije, no quise incomodarte si es que lo estás —se disculpó, soltando su mano—. No me parecía justo que te ignorará, y bueno, no quiero que alguien más me coquetee.

—Está b-bien, ya estoy acostumbrado.

El omega frunció el entrecejo, haciendo que el alfa se encogiera en su sitio.

Cuack! ও PJM&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora