O1. ¡patada de conejo!

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—¡Buenos días, JiMinnie! —saludó con una bella sonrisa el de hebras cafés, impactando estruendosamente contra el cuerpo más delgado que el propio, ocasionando un tropiezo en el rubio—. ¡Ah, lo siento!

El tigre alcanzó a sostener por la sudadera a JiMin, evitando así la temerosa caída. Una vez más, la facilidad que tenía al sostenerlo cada que el patito se tropezaba era demasiada; algo obvio, pues al ser un alfa híbrido tigre, era muy fuerte y el de mayor edad lo entendía a la perfección, pero eso no evitaba que quejidos escaparan de sus labios por ser tan débil.

—Está bien, Tae, no debes disculparte —tranquilizó, tomando una postura relajada y menos tensa al ser soltado con suavidad—. Buenos días para ti también.

—¿Cómo estás? Creí que no vendrías... Tu madre dijo que tenías gripa —preguntó con voz teñida de curiosidad y preocupación combinadas, su mejor amigo era considerablemente enfermizo y no era sorpresa para nadie el verle con su naricita roja.

—Umh, sí... Fue algo repentino, pero supongo que mi alfa estaba emocionado por éste nuevo año que... Hizo que me sintiera mejor tan rápido —contestó, un poco de sarcasmo queriendo relucir en sus palabras. Se dirigió hacia donde varios jóvenes estudiantes revisaban el periódico mural, buscando en qué sección habían quedado. TaeHyung le siguió, logrando obtener muchas miradas en ellos—. Aunque no hay nada de lo que alegrarse.

—¡Seguramente éste año sea mejor, JiMinnie! No pienses negativo siempre —exclamó el chico, abriéndose paso entre la multitud de alumnos hasta llegar al gran tablón de secciones; esperaba haber quedado con su soulmate—. Pero primero, ¡hay que encontrar nuestro salón!

TaeHyung escaneó las cinco hojas de papel pegadas en el mural, con algunas decoraciones repartidas, encontrando rápidamente la sección de ambos en la cuarta hoja. ¡Muy bien, juntos! Eso era bueno, podría hacerle compañía a JiMin y defenderle de los matones, también hablarían en clases y se pasarían papelitos cuando les separen por no prestar atención.

Oh, JiMinnie, cómo lo quería. Era un patito gruñón, inseguro e inteligente, pero lo quería un montón. Lo asemejaba su hermanito menor, y eso que de los dos, él es el más pequeñito.

Una vez, pensó en planearle una cita a ciegas con una amiga suya, pero jamás lo llevó a cabo y aún lo descarta, ya que él quería que JiMin escogiera con quién salir y que no sea algo armado.

Sin embargo, tal vez darle un empujoncito no sea mala idea.

—Estamos en la sección C —notificó aliviado—. Mira, hay muchos nombres antiguos y unos cuantos nuevos. ¡Podremos hacer nuevos amigos!

—Tae, sabes que no se me da hacer amigos... Todos se alejan.

—Vamos, Hyung, ¡inténtalo! Presiento que conoceremos a muchísimas personas y que nos irá bien. ¡Confía en mí! —pegó un pequeño brinquito el Alfa, alegre, obteniendo risitas y murmuros en el gran pasillo. Su ceño se frunció al escuchar un peculiar y tan conocido susurro: "Claramente él tiene que ser igual de rarito que el pato, por algo son amigos. Fenómenos"—. Uh, ¿y supongo que ustedes son víboras o por qué tan venenosos? —gruñó, observando a un grupito de dos mujeres y tres hombres, aquellos que se habían atrevido a hablar mal de JiMin.

Si tenía que ser sincero, no le importaba en absoluto que hablaran de él, pero no de su amigo. Con Park nadie se metía, no sino querían toparse cara a cara con Kim TaeHyung, el alfita tigre de segundo año.

Todos juzgaban a JiMin por su físico, sin tomarse el gozo de conocer su bonita personalidad.

El alfa rubio era un patito... Literalmente, su madre era una híbrida de dicho animalito y heredó casi todo de ella, desde sus rasgos animales, ojos y cabello, hasta su encantadora forma de ser; mientras que, lo poco que tenía de su padre, eran las pequitas que adornaban sus mejillas y la misma jerarquía. Aún así, los señores Park amaban con su vida al pequeño patito fruto de su amor.

Cuack! ও PJM&JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora