~*𝒪𝓃𝓁𝓎 S.E.X*~ 𝘒𝘖𝘖𝘒𝘝.

❁ •VIGÉSIMO CUARTO• ❁

Sus bocas encajaron perfectamente en una danza suave pero apasionada, la sinhueso de cada uno buscó a la contraria y los toques entre estas los hicieron suspirar. Elixir dulce de la cavidad oral del otro degustaban. Sus labios se deslizaban sobre los del otro con una facilidad increíble, mientras la intensidad del beso aumentaba poco a poco.

TaeHyung se sentía en el cielo, ¿Por qué sabía tan bien? Se sentía vibrar entero, mientras paladeaba su exquisito sabor. Jeon besaba tan, pero tan bien que decirlo era una atenuación. Sus labios se movían expertos sobre los suyos y marcaban un ritmo que le estaba volviendo demente; exploraba cada rincón, lamía, succionaba y mordía. Succionaba reiteradas veces su labios inferior y su lengua delineaba el superior para luego besarle a boca abierta y comer de él.

Jeon se acercó mucho más, casi giró su cuerpo para que no solo fueran sus cabezas, y TaeHyung hizo lo mismo ahora estando ambos frente a frente. El mayor tanteó una de sus piernas por encima de su pantalón, la que estuvo más a su alcance pues en la otra se había medio sentado Tae y este mismo hizo caminó desde el pecho del otro, con sus palmas, hasta llegar a acunarle parte de su cuello y mandíbula mientras aquel beso no encontraba fin, gracias a todos los cielos.

Entonces tuvieron un mejor acceso al otro. TaeHyung suspiró de mero gusto, porfavor que nadie le quitara esos labios de encima, estaba perdido en su sabor, en su textura, eran adictivos, demasiado buenos; sensuales y pecaminosos. No quería que lo dejasen de besar nunca, joder, podría morir por ellos.

JungKook gruñó entre el beso largo y tendido, como si le gustara, el menor no tenía certeza de ello, pero tampoco creía que no lo hiciera.

Les faltaba el aire, se habían besado largo y tendido, sentían los labios hinchados, más no parecía importar. Se sentían tan bien unidos de aquella forma, sin prisas, tan solo degustando del otro que nada más importaba. En algún momento de la danza sus cabezas dieron contra el respaldo del sofá y allí se recostaron apaciblemente mientras JungKook tanteaba el cuello de Tae y lo sostenía con suavidad acariciando su mandíbula y parte de su nuca.

Más tuvieron que separarse cuando sus pulmones no dieron para más, con los ojos bien cerrados, y la frente apoyada en el otro. Las respiraciones irregulares y el deseo a punto.

—J-JungKook —Dijo Tae ahogado aún sin poder regular su respiración y más que eso, su acelerado corazón.

—¿Mm? —Contestó él rozando sus labios.

—Tú po-drías... Podrías, ¿Adelantarme una sesión? —Le dijo, perdido en su mente, en su toque, su aroma, su calor, en todo lo que representaba Jeon JungKook para él. Joder, estaba ahí, con él, en  medio de su sala, con las luces bajas, besándole cómo jamás pensó besar a nadie.

Y JungKook, para su buena o mala suerte, asintió para luego volverle a tomar con los labios en otro intenso beso que le robó hasta el alma. Como si llevase tiempo esperando que se lo pidiera. Haló de él hasta alzarlo un poco, hacerlo pasar su pierna por encima de su cintura y sentarlo sobre su regazo. TaeHyung suspiró por la nueva posición, teniendo como asiento su ya muy dura polla contra sus nalgas, sintiendo como sus brazos se errollaban deliciosamente en su cintura y espalda hasta buscar camino  bajo su holgada playera y acariciar esta misma. A su vez, Jeon se recostó contra el respaldo del sofá, dejando cómodamente que Kim explorara si boca, que besara y degustar a  como  le diera la gana. Si después se iba a arrepentir, quería tener un cargo de consciencia muy pesado para no volverlo a repetir. Creyendo ingenuamente que esa sería la solución de sus males.