"Tú y Yo seremos Solo Sexo. Ni tú sabrás de mi ni yo de ti. Pagarás por mis servicios, seré tu maestro; tu aliado, tu confidente, tu amante en la cama pero nada más.Te enseñaré el arte del Sexo, conocerás tu cuerpo, tus límites. No sabrás de mi vida...
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Viernes al fin. Luego de una extensa jornada de trabajo en la oficina, del terrible horario laboral y de soportar el genio malhabido de su jefe desde tempranas horas... Al fin estaban libres por lo menos ese fin de semana.
Jimin le había invitado unas copas luego de salir del edificio, TaeHyung había denegado de inmediato la propuesta, pues estaba tan cansado y frustrado que lo único que deseaba era llegar a su apartamento, tirarse en la cama y no volver a saber nada más de la vida y de lo que ser un adulto independiente con gustos bien dementes, implicaba.
Pero, Jimin no era de los que se daban por vencidos en el primer intento, y es por eso mismo que estaban allí los dos, hechos de un banquillo en la barra de un bar no tan concurrido cerca de la zona donde trabajaban. El ambiente era bueno, la música, también las chicas y chicos...
Iban ya por su segunda cerveza, las corbatas habían sido dejadas en el auto, los sacos de vestir y el pelo les yacían revueltos. Tae no tenía porque preocuparse, pero debía cuidar a su amigo. Había accedido al fin, ¿Cómo decirle que no a Park Jimin cuando insistía más que un grano en el culo? Lo amaba, era su amigo pero a veces deseaba solo un poquito, mandarlo por un tubo.
Aunque, bueno, a decir verdad no malagradecía su gesto, estaba cómodo y a gusto allí mientras conversaban de todo y nada, mientras miraban el bullicio del lugar y escuchaban la música vibrante de los auriculares sonar.
—Min YoonGi sabe que estás aquí, ¿Cierto? —Inquirió Tae bebiendo de su whisky recién servido. Park bufó.
—Yo a ese hombre no le debo explicaciones. Mientras éste dedo no tenga una sortija de compromiso cara y bonita, él su vida y yo la mía...—Señaló su dedo con apremio. Su amigo negó.
—¿Todavía no se anima? —Jimin negó con una sonrisa a medias.
—Sabes como es él, producir canciones es lo suyo, a veces está y a veces no, ¿Qué se le va a hacer? Tampoco quiero asustarlo —Platicó con desanimo.
—Suga es demasiado decidioso...—El castaño asintió.
—¡Oh, vaya que lo es! Por eso prefiero no insistir —
—Bueno, si lo quiere, lo pedirá en algún momento...—
—Solo espero no llegar al altar en silla de ruedas. Es la ilusión de mamá y sabes que ella es mayor, quiere ver a su hijo vestido de blanco aceptando a cualquier esbirro con tal de que me case de una vez antes de que ella muera —TaeHyung echó a reír.
—¡A este paso, yo virgen por siempre y tú siendo un viejo quedadón! —Rió con más ganas y Jimin ni se diga.
—¡Oh, porfavor, deja de echarme tanta sal! —Exclamó fingiéndose indignado.
—Hola, buenas noches, ¿Interrumpo? —Una voz se hizo presente entre ambos, TaeHyung quién había dejado el vaso sobre el duro mármol negro de la barra, se viró a ver quién osaba interrumpir la amena plática entre su mejor amigo y él.
