•Capítulo 4

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Clínica

Alejandra: Gracias por tu ayuda Dante.

Dante: Llegue a tiempo.

Alejandra: Se nota que te gusta lo que haces y sabes mucho, creo que te voy a contratar.

Dante: Y yo con gusto, sería genial trabajar al lado tuyo.

Alejandra: Si, para aprender más.

Dante: Si pero para tenerte cerca.

Alejandra: Que dices? No...no entiendo.

Dante: Ay me vas a decir que no sabes de lo que hablo, desde que te conocí me parecíste la mujer más hermosa del mundo, desde ese día no pude sacarte de mi mente.

Alejandra: Que estás diciendo Dante, te estás escuchando? Eres amigo de Camila y además mirame, no ves la edad que tengo?

Dante: La edad que importa, yo veo un mujeron, una dama, aquí nada tiene que ver la edad.

Alejandra: Pero para mí sí y mírate y mirame, además es una locura, pensé que solo nos llevábamos bien y querías aprender más de la profesión y...

Dante: Pensaste? Me vas a decir que nunca te diste cuenta? Por favor.

Alejandra: No...yo no...

Dante: Sabes que si.

Alejandra: Bueno si pero quería pensar que más bien era admiración y querías aprender más de mi...ay no se!!

Dante: Se que hay muchos obstáculos, la edad como tú dices, Camila que es tu hija pero ella y yo solo somos amigos.

Alejandra: Pero ella te quiere.

Dante: Y yo te quiero a ti (la tomó de la cintura).

Alejandra: No...no digas eso.

Dante: Porque no?

Alejandra: Porque eres un niño, ya sueltame.

Dante: Te puedo demostrar que no soy un niño (se acercó y la besó y por unos segundos se dejó llevar).

Dante: Te puedo demostrar que no soy un niño (se acercó y la besó y por unos segundos se dejó llevar)

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Alejandra: No, basta estás loco? (separándose de él).

Dante: Loco de amor por ti, ya por favor déjate llevar, te sentí en ese beso y se que también te pasa algo.

Alejandra: Quiero que te vayas!!

Dante: Probé tus labios y ahora me muero más de amor, sin dudas los mejores besos son los tuyos.

Alejandra: Vete!!

Dante: Se que es por tu hija pero por favor, entiende.

Alejandra: Como crees que tomará esto, me va a odiar, no entiendes?

Dante: Si entiendo pero tú tienes derecho a ser feliz.

Alejandra: Déjame sola.

Dante: Pero...

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