CAP 9 PELEA

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Groenlandia, base secreta de la KGB

-Sestra procura no romperle el cuello esta vez... Éste me gusta...

Anya soltó con altivez desde su puesto para después cruzar sus piernas y llamar la atención del nuevo oponente de Neshka quien aún se encontraba tendido sobre la arena de pelea. El golpe que Nat le había dado había sido lo suficientemente fuerte y sorpresivo como para romperle el labio. Sin embargo, eso no evitó que sus ojos marrones y fulminantes se enfocaran sobre la rusa desconocida que no paraba de hablar con superioridad, la tal Anya...

La nueva y joven Madame B que ahora dirigía la organización.

Rogers escupió un poco de sangre mientras el odio e impotencia que sentía subía por todo su torrente sanguíneo hasta enfocar su mirada sobre el rostro engreído de la rubia. Aquel fuerte sentimiento en definitiva lo obligó a apretar los puños, tensar la mandíbula y ponerse de pie con rapidez para tratar de no evidenciarse más. Sin embargo, su impulso de cometer una locura se apagó cuando Natasha rompió su silencio para hablar mientras se acomodaba el cabello de forma desinteresada.

La pelirroja ni siquiera se había molestado en dirigirle una sola mirada a su oponente, tal y como si se tratara de un insignificante insecto al cual estaba a nada de aplastar.

-¿Quieres que lo deje ganar, sestra?

Natasha cuestionó con una frívola y tajante pronunciación rusa para después retroceder unos pasos antes de darle completamente la espalda al desconocido y encarar a su hermana, pero Anya negó con la cabeza sin titubear.

-Oh no, nada de eso... Dame un combate digno, cariño. Quiero ver hasta donde es capaz de resistir tu misterioso y atractivo rival. -Anya aclaró su duda para después hacerle un gesto con la mano, indicándole que continuara.

-No me hagan perder más mi tiempo. Peleen de una maldita vez...

Stelyenko dijo en un tono arrogante para después bostezar con dramatismo en un intento inútil por ocultar que las últimas palabras de Anya lo habían irritado de sobre manera. No había estado aguantando cada uno de sus desplantes para verla como se enredaba con otro sujeto.

-Pero que mal humorado...

Anya sonrió entre dientes y se recargó en su asiento para disfrutar de la vista mientras Stelyenko endurecía su semblante.

Steve, por otro lado, se mentalizó, se puso en posición de ataque y aguardó impaciente mientras el latido frenético de su corazón golpeaba feroz contra su tórax. No quería lastimarla, no quería ceder al sentimiento traicionero y sobreprotector que lo estaba asfixiando, ni mucho menos arruinarlo cuando sus ojos se encontraran por primera vez después de todo ese tiempo.

Por que si, le dolía en lo más profundo del alma imaginar lo que pudieron haber estado haciendo con Nat esas últimas semanas y a pesar de lo arriesgado que podría ser, quería protegerla y estrecharla entre sus brazos aún si ella era incapaz de reconocerlo.

Encontraría la forma de hacerla recordar...

-Comiencen ya, Neshka...

Anya dio la orden, provocando que la tensión en el ambiente se triplicara.

-Да... Da, Sestra...

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