3. Abrigo

601 41 4
                                    

No sabe cómo es que se las arregla para convertir un día, que podría ser como todos los días de cualquiera, a uno que pondría en la sección de "Días de George O'malley".

Quedaban bien y era adecuado para la ocasión ¿Debería extender la memoria de la carpeta mental? Esperaba que no.

Ahora mismo estaba sentado fuera, disfrutando de la textura de su abrigo entre sus dedos. Era suave, abrigado y olía bien, cosa que Lexie se encargaba de hacer con todos sus abrigos aunque no se lo dijera. Y realmente de ser sincero consigo mismo, le gustaba. Lexie es una buena compañera de departamento, tan buena que aquél día donde la lluvia caía como si dijera "¡Oye, como que hoy tengo ganas de reventar, al diablo con el buen pronóstico!" decidió lavar todos sus abrigos, dejándole una sola opción de verano, tela delgada y suave, pero de verano.

"Lexie, por favor dime que me dejaste un abrigo de invierno..."

"¡El pronóstico dijo que toda esta semana sería soleada, George!"

"Lexie..."

Bueno, literalmente ella acaba de mandarlo al hospital y no para hacer su trabajo. Pero no le iba a echar la culpa como ella pensaba, como ya mencionado, Lexie es muy buena amiga y ella no haría algo con mala intención, de ser así la delataría su cara. Asique optando por la valentía y dejando de lado su racionalidad (que gritaba que se quedara en casa hasta que la lluvia parara un poco, por Dios, se iba a caer el maldito cielo ¿o qué?) se puso el abrigo de verano luciendo ridículo.

"¡Espera, George! ¡Creo que encontré un abrigo! ¡Tómalo!"

Y así fue, le dio un beso rápido a Lexie en su mejilla mientras ella le colocaba un gorro y una bufanda algo desordenada, para luego salir disparado por la puerta junto con su valentía. Lexie le gritó que la llamara cuando llegara. Realmente espera llegar.

Esto sería considerado exagerado de no ser por la llamada de urgencia del hospital, estaba en la cuerda floja ya que había desaprobado el examen y por consiguiente estaba bajo la mirada de todos. Aunque no quisiera admitirlo, realmente quería hacer todo perfecto esta vez y no llegar para urgencia no iba a ser su primer traspié.

Llegó al hospital justo a tiempo, se había empapado un poco pero el impermeable, que ya estaba viejo por el uso, logró salvarlo.

En cuanto se lo sacó lo recibió Owen, que parecía demasiado atareado como para prestar atención a su alrededor y murmuró algo de "muchos papeles, rayos, quiero comer algo".

Para luego decirle que fue su error y que lo lamentaba, la urgencia que lo hizo correr varias calles hasta que alcanzó un taxi bajo el fin del mundo, ya fue atendida.

"Lo lamento George, pero los residentes están como tiburones últimamente y realmente no fue una urgencia, Cristina sólo..."

Por su cara que podía indicar que se estaba mordiendo la lengua, dedujo que fue un juego, pero no iba a mencionarlo porque él aún cree que tiene posibilidad de captar el interés de Cristina "Stevens" Yang.

O'malley estaba a un paso de gritar de estrés y realmente ahora suspiró profundamente. Lamentaba que Lexie no haya ido con él, lo habría calmado de forma eficiente, aunque pensándolo bien ella necesitaba un par de horas de descanso luego de su ronda nocturna.

Se pasó una mano por su rostro y cuando estaba a punto de irse, viendo que Owen no dejaba de mirar su tablet, la voz del pelirrojo lo alcanzó.

"Por cierto, O'malley..."

"¿Si?"

"Tú abrigo es adorable."

"¿Qué?"

Pronto se dio cuenta de su alrededor, la adrenalina empezaba a caer y ahora estaba más atento a sus sentidos, su abrigo no era su abrigo. Las mangas eran demasiado suaves, esponjosas, siente un aroma dulzón a melocotón proveniente de su cuello. Es el perfume de Lexie.

Besos de miel (Alex Karev x George O'malley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora