Besos de miel (Alex Karev x George O'malley)

6. Brote: Parte 1

Temática Omegaverse.

George no comprende, no siente ni huele algún indicio de lo que está pasando. Su mente grita en un ruido sordo y lo único que quiere es morder algo, por alguna razón. Se siente de cristal, siente como su cuerpo se empieza a trizar en pedazos, como un hielo a punto de explotar. Sus dedos se sienten entumecidos, el dolor de la corriente entre la piel sin sensibilidad.

Está parado a un par de pasos, está parado en linea diagonal y su quijada se cierra con fuerza, sus ojos no pueden dejar de ver a través de la puerta abierta.

Uno, dos, tres.

Alex se está besando con Izzie.

Cuatro, cinco, seis.

Izzie no pierde tiempo en corresponder en una sonrisa ahogada. Manos recorren sus cuerpos con necesidad.

Siete, ocho, nueve.

Él pensó que tal vez Alex lo estaba cortejado.

Diez.

Fue un iluso.

Cierra sus ojos en un último aliento alejándose rápidamente de allí.

-

Se siente tonto, la ira creció en él como una llamarada que se prende y lo quema todo, como si Alex le perteneciera, como si ellos fueran algo que claramente (y evidentemente) no son. Come de su emparedado tratando de relajar su garganta, la comisura de sus ojos se sienten de plástico y trata de alejar el malestar de su pecho. Siente que quiere llorar, pero está de guardia y no es momento.

Pasa sus palmas ahora desnudas por su cabello en busca de consuelo, con las yemas de sus dedos acaricia detrás de sus orejas en repetidas ocasiones, pasa por su glándula de olor intentando alejar la angustia y ahora sus palmas están en su rostro, mientras cierra sus ojos y suspira sacando todo el aire acumulado en su pecho.

Y entonces las primeras lágrimas caen silenciosamente, tan discretamente como él puede hacerlo y se permite llorar con ligereza, sólo un poco. El emparedado se olvida en la servilleta de papel.

- Soy tan estúpido...

No sabe si se enamoró de Alex, sólo sabe que no puede evitar sentirse triste cuando su imagen llega a su mente y lo único que busca es hallar una forma de aminorar el dolor punzante de su corazón.

- ¿George?

Levanta su cabeza rápidamente ante su nombre, lo toma completamente por sorpresa, alejándose de su neblina dolorosa por unos segundos, entonces la ve y sus ganas de llorar aumentan.

- ¿Mer?

Ella está allí, de pie, él está en su lugar de encuentro, en aquella camilla en donde solían compartir el almuerzo hasta que sus vidas se volvieron demasiado ocupadas y llenas de otras cosas qué hacer que vivir del pasado. Pero él solía ir allí con Lexie, de vez en cuando.

Entonces ella está allí, pasando de un semblante distraído a enfocar completamente su atención en él. No sabe esconderse de ella, no puede y nunca lo haría, porque Meredith tan pronto lo ve así se tensa y empieza a olfatear el aire frunciendo aún más su ceño y sacando sus manos de sus bolsillos. Está completamente en alerta.

- George...

Y su voz es suave, casi de forma preocupante. Y entonces él se permite quebrarse allí, en ese momento y cuando las lágrimas empiezan a caer de forma copiosa y su voz sale como un jadeo ahogado de su boca Meredith corre a él para evitar que se doble en sí mismo.

Y entonces se aferra al cuerpo que le ofrecen, inhalando el aroma a nueces desde su pecho mientras se abrazan y ella trata de tranquilizarlo como sólo ella puede.