Besos de miel (Alex Karev x George O'malley)

2. Hormiga

Tal vez si no fueran residentes podría tener un poco más de tiempo, coquetear con alguien puede considerarse un trabajo de hormiga, pero él no era una hormiga. No era ese tipo de persona, lo quería ahora, entre sus piernas, mientras sujetaba los mechones castaños marcando un ritmo a su gusto y sonidos húmedos llegaban a sus oídos. Quería verlo de rodillas, comiéndolo. 

Pero este no era el caso.

Mascó el trozo de su sándwich mientras el culpable de su gran monólogo estaba en diagonal a su posición. Estaban sentados en una mesa en la cafetería, Izzie habla con las demás sobre alguien que conoció en el bar y puede sentir su mirada sin siquiera verla. No le interesa y Meredith lo sabe. 

George sonríe un poco por los comentarios que llega a mencionar Cristina sobre "tipos por debajo de su IQ" y siente una punzada en su pecho, realmente sostiene su sándwich con seguridad evitando así deslizar sus manos para agarrar a George y colocarlo sobre sus muslos.

Realmente tiene que joder a alguien ahora.

Mira de reojo las demás mesas buscando alguna posibilidad y no le toma más de cinco minutos ver una, sonríe.

"Me largo, nos vemos luego"

"¿A dónde vas? ¡Alex!"

Izzie frunce su ceño y hace una cara de disgusto al verlo dirigirse a una mujer que le sonríe a él. Protesta en la mesa mientras Meredith trata de desviar la conversación a algo más relajado, el cabello de Derek por ejemplo. Cristina no comenta mucho, sólo mira en la dirección en que Alex se fue y mastica su fruta mientras redirige su atención a Izzie. 

George simplemente escucha la conversación, comiendo sus papas, pero no por ello su curiosidad se detuvo en el momento en que Alex se levantó de la mesa y se fue.

Giró su rostro buscándolo y viendo cómo se sentaba en el asiento disponible de aquella mesa, la mujer se peinaba con sus manos el cabello, corriéndolo para un lado, exponiendo su cuello. Tenía la suficiente imaginación como para saber cómo terminaría aquello.

 Simplemente frunció su ceño, inesperadamente incómodo con su hilo de pensamientos y regresó al llamado de Meredith.

Trata de no ser hiriente, trata de no molestarlo con palabras dolorosas, pero necesita acercarse. Ya había pasado una semana y no quiere que la mujer con la que estuvo la vez pasada piense cosas que no son, ya se han acostado varias veces y ella empezó a tomar de su brazo por los pasillos. Está escapando una vez más.

George murmura algo cuando lo cruza en el pasillo, están de guardia, George se ve somnoliento y quiere acariciar su cabello y empujarlo en sus brazos. Piensa que caería rápidamente en un sueño apenas tocara su pecho, pero debe despabilarse, lo tiene a un paso.

"Nerd" No puede detener su lengua, es una costumbre que no quiere pero su cuerpo se rehúsa a usar otras palabras adjetivas, gracias.

"Alex... ¿Qué haces?"

"¿Qué haces tú?"

Bien podría decirle que está tratando de escapar de una mujer del área... ni siquiera va a esforzarse por recordarlo, que está demasiado ocupada en él como para hacer su trabajo pero ese no es el camino que quiere tomar, decide ir a por él un poco, necesita moldear los bordes. George lo mira con un destello de lo que puede identificar como intriga, pero rápidamente se esfuma dando paso a sus ojos cansados, pasa su mano por su rostro en un gesto vago, puede ver incluso un par de arrugas en su uniforme.

"Estoy... estoy de guardia, bueno, ambos lo estamos... estoy un poco..."

El silencio es un poco inquietante, no demasiado, pero algo le dice que George debe sentirse un poco tímido al hablar con él. Claro, si no fuera un idiota todo el tiempo realmente se preguntaría el porqué. George sabía que cualquier cosa que saliera de su boca podría usarlo (como solía hacer) para extorsionarlo más tarde, debía cambiar eso, al menos un poco.

"¿Cansado? Yo igual, la espalda me está matando..."

Bien, la sonrisa de alivio de su venado hizo que se alegrara. Sí, dio en el clavo.

"Sí, sí. Bueno, no es algo de lo que pueda quejarme demasiado, Bailey me dio una anciana con diabetes, nada que no pueda cuidar"

Iba a responder algo ingenioso, rebuscado de igual forma, pero decidió callarse y responder con una pregunta.

"¿Estuviste todo el día con ella?"

"Sí, bueno, tuve otras personas, pero Bailey me dijo que la conocía lo que indica que tengo que cuidarla como si mi madre fuera- ¿Alex?"

"¿Qué?"

"¿Por qué te interesa? No es que me moleste, es más, es... bueno hablar con alguien conocido después de muchas horas, pero..."

Bien, debía de reconocer que no fue tan sutil como quería aparentar. Se rascó la nuca en un gesto nervioso y finalmente miró a O'malley que mantenía su rostro contraído por la posible respuesta. Una vez más no iba a enojarse con él, el mismo se buscó la reputación de bravucón.

"Estoy de buen humor hoy, no hagas más preguntas" No le hizo caso.

"Pero... ¿seguro? ¿No quieres burlarte de mí? De igual forma no tengo nada emocionante esta semana como para llamar tu atención, así que dudo que sea eso, aunque-"

Puso su palma en su boca, mano izquierda en su hombro y mano derecha en sus labios. George lógicamente se congeló en el acto, manteniendo su cuerpo rígido y sus grandes ojos asustados. Ni siquiera lo estaba ahogando, su palma estaba casi en la superficie del mismísimo aire. 

Sus ojos conectaron en brevedad, sístole y diástole resonando en sus oídos, un breve calorcito en sus mejillas.

"Solo cállate ¿Sí? No lo arruines"

"Ok"

Dejó caer sus manos, estaban bastante cerca el uno del otro, aun así no se alejó. Nadie se movió de su sitio durante un minuto entero, Alex estaba empezando a sentir un dolor de cabeza y realmente quería irse corriendo hasta que George habló.

"Podemos... Podemos ir a comer algo, si quieres"

Bueno, eso era nuevo. Miró a su lado y la pequeña sonrisa que se formó en los labios de O'malley fue lo suficiente para prender una chispa de esperanza en su corazón. Obviamente la mujer con la que se había acostado toda esa semana se descartó sin pensarlo ni un segundo. 

Caminaron juntos, en silencio durante un rato. Pero fue un buen rato.