Uno Mississippi.
Tiene una carpeta entre manos, tiene demasiado en su mente, la estática de una radio en su cabeza y la mandíbula cerrada tratando de mantener las palabras en su boca. Le palpita el pecho, su corazón desbordado y pensamientos tan confusos en su cabeza que vienen y se van.
Pasa su mano libre por su cabello mientras camina por el pasillo del hospital, camillas pasan, personas con aromas tenues y el clásico aroma a medicamento se confunden en su nariz. Las cosas son tan confusas, la vida es tan confusa. Para en su trayecto y suspira, no puede seguir así.
Entonces ve a Izzie.
Dos Mississippi.
Escucha su nombre salir en una ráfaga que lo toma desprevenido, parpadea sorprendido en una inyección de adrenalina tan pronto siente que lo empujan a los casilleros de espalda. El golpe de su parte posterior retumba en un sonido sólido y una ola de una sensación cálida pasa de su cabeza hacia sus pies.
Sus fosas nasales se ensanchan en respuesta inmediata, una corriente que va a su mandíbula y sus puños se aprietan. Tan pronto ve a Meredith sus defensas se congelan.
No hace falta decir nada, Meredith está firme en su lugar a escasos centímetros de su pecho, ella mira hacia arriba con aquella mirada con pupilas contraídas, casi en un punto negro minúsculo que da lugar al verde helado de sus ojos. Le recuerda a los ojos de las serpientes y eso lo incomoda. Sabe que la cagó, no hace más que tragar de forma lenta, su temperamento está a un borde de reaccionar y su parte animal está en grises, no sabiendo cómo reaccionar ante esta amenaza justificada. Es Meredith, su parte más primitiva la reconoce como tal, la sabia Meredith que ahora quiere matarlo.
- Mer...
- No vuelvas a hacerlo, porque no respondo, Alex.
Ella se va no sin antes suspirar en su lugar, liberando algo de tensión de su cuerpo por su nariz. Su mirada pasa de una furiosa a una decepcionada, parpadea con su ceño fruncido, una fina línea en sus labios apretados. Siente una punzada en su pecho por eso, por alguna razón rechaza este momento. Algo cosquillea en su piel, una molestia consigo mismo.
Vuelve a respirar tan pronto Meredith pasa la puerta, tiene suerte de que no haya nadie a su alrededor a esa hora para ver esto. Porque no tarda en sentarse en uno de los bancos para tratar de sacar la tensión de su cuerpo, suspira y pasa sus palmas desnudas por su rostro. Su cuerpo tirita de una forma sofocante, sus pensamientos vuelven más fuertes que nunca.Su cabeza camina, no sabe cómo Meredith se enteró, pero sabe que acaba de joderla en grande.
Tres Mississippi.
Si hay algo en lo que es bueno George O'Malley además de evitar que se desangre un paciente en un ascensor sin electricidad, pues, es en ser frío como la mierda cuando realmente algo le afectó lo suficiente.
Izzie no le dirige la palabra y piensa que fue por parte de Cristina que ahora lo golpea con su hombro cada vez que se encuentran en algún lugar del hospital. Aunque a decir verdad, es lo mínimo que esperaba de Cristina, hay algo ahí que no cierra del todo pero su mente no puede pensar en ello.
La cagó.
Y necesita con muchas ansias explicarse.
Pero George lo evita y pareciera que el mundo entero se puso de acuerdo con él para interrumpir cada vez que tiene un segundo (si es que logra detenerlo).
- ¡George!
- Ocupado.
- ¡George, por favor!
La sirena de una ambulancia resuena en el fondo y O'malley redirige su atención en la sala de emergencias, quiere sujetarlo, necesita hacerlo, porque de otro modo George no lo escuchará y realmente se merece la indiferencia de su parte, pero no por eso duele menos. Pero no se acerca ni lo intenta, porque George se gira a él tan pronto da un par de pasos torpes con sus pies.
- No quiero escucharte, ahora no.
Y cuando lo ve, con sus ojos celestes cielo tan brillantes como él sólo puede tenerlos, su pecho duele, porque quisiera pasar sus dedos por las comisuras de sus ojos y besar su frente. Él está frío, tan frío como puede serlo y nunca vio. Están quietos en la entrada de emergencias, oye pasos apresurados y el grito desesperado de las personas heridas, pero lo único en que se enfoca completamente es en George, sólo en él.
- Por favor, sólo un minuto, te pido un minuto...- murmura tratando de alcanzarlo con su cuerpo a lo que él se aleja manteniendo distancia.
- Ahora no.
George levanta su mano indicando lo que su boca dice, no es el momento ni el lugar, lo entiende perfectamente pero está desesperado. Asiente con la esperanza de que puedan hablar tan pronto la emergencia pase. Y el otro hombre se gira rápidamente cuando Callie pide por él en una urgencia.
Se queda de pie con su mirada en dirección en donde George se fue y cuando una enfermera pide por él, su mente ruidosa se silencia por unos segundos y pasa una mano nerviosa por su rostro.
Necesita hablar con él. Necesita aclarar su estupidez.
Pero primero necesita hacer su trabajo.
Notas.
EPA. Hola, ¿cómo les va?
Ahora con una especie de perspectiva de Alex y además un poco de saltos en la historia que nos son útiles. Perdón si les prometí perspectiva de Meredith, cambio de planes!
George es un muchacho muy sentimental a mi parecer, a la vez que Izzie, aunque me divierte mucho su personalidad en la serie y amo con demasía su comportamiento con el resto de grupo cuando viven todos con Meredith. Anoten eso.
Meredith no quiso matarlo ¿o sí? Digamos que teniendo en cuenta la relación que tiene con George a pesar de las palabras calmas y razonables de Derek yo creo que su terquedad hizo que le diera un aviso, como pa avisar nomás. Jaja.
Si tienen alguna sugerencia o comentario, pueden dejarlos! Siempre con respeto por favor!
Y espero que les guste(?) Beso.
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Besos de miel (Alex Karev x George O'malley)
FanfictionCapítulos cortos de Alex x George. Cada uno será diferente. No hay continuidad a menos de que se indique. :) Mi objetivo es bañarlos en miel. Pero se verá.