Capítulo 10

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No podía dejar de pensar en aquel beso, simplemente no podía, sentía que aún tenía sobre sus labios la sensación y suavidad de los labios de Wang Yibo, tanto así, que ni siquiera se dio cuenta de que se había olvidado de escurrir perfectamente los espárragos, y los había hechado al aceite.

No tardó en sentir como brincaba el aceite y el agua caliente hacía él, sus compañeros se vieron sorprendidos y asustados, de inmediato eso llamó la atención de su profesor.

—¡Xiao! — exclamó su profesor mientras Zhan apagaba la flama —. ¿Qué ocurre contigo? Presta atención a lo que haces y deja de estar en tu burbuja.

—Lo siento.

—Que no vuelva a suceder — miró a todos los estudiantes —, un cocinero no debe estar distraído o cosas como esas — señaló donde se encontraba Zhan —, pueden suceder.

Zhan solo pudo escuchar como todos sus compañeros decían "¡Sí!" en respuesta para continuar cocinando, y mientras tanto Zhan apartaba los labios, estaba furioso consigo mismo por haberse distraído se esa forma, lo único bueno es que no se había quemado.

Por otro lado, Yibo se la pasaba más feliz que nunca, no paraba de sonreír, y claro, estaba perdido en el recuerdo de como había logrado robarle un beso a quien amaba.

Porque en realidad, Yibo, no solo había quedado encantado cuando lo vio, sabía que era ridículo de su parte pensar en el amor a primera vista, pero es que era inevitable, y ahora había comprobado que de verdad eso había sido un flechazo instantáneo, y cuando por fin había probado los labios de aquel chico, fue como festejar millones de fiestas al mismo tiempo, ¡maravilloso!

Sonrió cuando por fin la clase había dado su fin, ¡ahora podría ir a ver a su hermoso chico de gastronomía!

Zhan no había salido muy feliz que digamos, después de que había terminado la clase, había recibido una reprimenda por parte de su profesor, y Zhan aceptó que en verdad tenía la culpa por no haber prestado atención, estaba enojado con él mismo.

Tanto así que no sabía si salir de allí, sabía que se encontraría con Yibo y no quería verlo.

ChérieZhan tragó grueso al escuchar el apodo que tanto le decía aquel chico.

Miró hacía la puerta y allí estaba Yibo de brazos cruzados con una sonrisa, esperándolo.

—No deberías estar aquí.

A pesar de que Zhan quería seguir molesto, no podía, y más cuando su sonrojo era tan notorio.

—Vine por tí, no deberías decir eso, ¿nos vamos?

—Creo que lo mejor es irme solo.

Yibo miró los brazos de Zhan, en uno se podía ver claramente una pequeña quemadura, algo que le preocupó.

—¿Tuviste un mal día?

—¿Acaso importa?

—A mí me importa — Yibo tomó el brazo derecho de Zhan.

Zhan lo miraba algo confundido.

Vio como Yibo acercaba su brazo hacia sus labios, estaba a punto de reclamarle, cuando sintió la suavidad de los labios de Yibo sobre la quemadura que tenía, no había dicho nada porque él podía tratar de curarse en casa, pero ahora tenía sobre su herida los labios de Yibo, había besado su quemadura, y eso sí que lo había hecho sonrojar aún más.

—¿Q-qué...?

—Mi madre siempre decía que un beso es la mejor medicina para curar cualquier clase de herida, y más si lo hacías por una persona especial. Eres mi persona especial, chérie.

—G-gracias

—No hay de qué.

Zhan podía competir con el color rojo de cualquier fruta en esos momentos.

B L E UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora