°Dixon Love°
"Los caminantes son ahora los reyes del mundo."
« Dean Dixon sabía que para sobrevivir tenia que ser fuerte, tal y como su padre, pero los caminantes no se lo ponían fácil y peor aun que tenia que soportar a un niño pecoso que parecía...
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"Guarda la última"
"Let Her Go" | "Passenger"
"La(lo) ves cuando cierras tus ojos"
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Estaba cansado,trabajar para mantenerse era muy diferente a trabajar para mantener, y era mucho más complicado cuando se trataba de un niño de cuatro años con muchas más necesidades que un adulto o un adolescente.
Había llegado a casa después de trabajar, dejó las llaves en la mesa del comedor para ver bajar a la señora que solía cuidar del niño cuando él no estaba. Le agradecía mucho aquel detalle, y de vez en cuando le daba alguna paga con lo que le sobraba de dinero, aunque ella se negaba a recibirlo diciendo que lo hacía por generosidad, y por el niño.
"Ya se durmió" mencionó con una suave sonrisa.
Él asintió dándole las gracias, cosa que ella respondió con el mismo "No es nada" de siempre. Se quedaron a hablar un rato sobre el día del pequeño en el inicial mientras la mujer recogía sus pertenencias de la mesa del comedor. Daryl sonreía con cada ocurrencia que decía sobre su pequeño hijo, aquellos momentos eran los que él disfrutaba al llegar a casa. Escuchar sobre su hijo y luego desayunar con él para escuchar las mismas cosas pero con su voz aguda y emocionada.
Pasaron unos minutos hasta que la señora se retiro a su hogar y él fue directo al piso de arriba, suspiro dejando sus hombros caer y sus ojos pestañear al sentir el cansancio sobre si mismo, lo único que quería era ir a su cuarto y tirarse al su cama para cerrar los ojos hasta al amanecer, pero el sonido de alguien tirándose en la cama detuvo su caminata. Giró su cabeza y observo la puerta a su izquierda, las letras mal escritas en color rojo sobre la madera le hicieron sonreír recordando que supuestamente él lo había limpiado el día de ayer.
Entró en el cuarto en silencio y miró la cama donde yacía su hijo "dormido", lo observó por unos minutos hasta que la luz en el pequeño escritorio del cuarto llamó su atención. Se dirigió hasta el para apagar la linterna y se fijó en un dibujo encima del escritorio, una sonrisa empezó a crecer cuando se vio a si mismo junto a su hijo y Merle, pero esa sonrisa no duró mucho al visualizar a una mujer sin rostro en la esquina de la hoja, encima de ella las letras: "¿Mamá?" se podían leer con claridad.
No pudo evitar suspirar, había intentado hablar con él miles de veces, pero en cada una de ellas fallaba al verle el rostro preocupado, era demasiado pequeño para saber lo que realmente sucedió. Tal vez si se lo decía podía confundirlo más o incluso llegar a herirlo, y eso era lo que quería evitar, no quería lastimar al niño solo por una estupidez que una mujer cometió. No se lo merecía.