Cuando despertó en medio de esa confusión generada por los fármacos sintió aquel nudo en el estómago, quiso llorar de frustración, por que cada vez que luchaba por algo, ella perdía..
¿Por que no era fuerte? ¿Por que el mundo entero se empeñaba en decidir por ella?
No entendía en qué momento dejó de tener autonomía, si recordaba solo un poco sus 16, podía comparar y darse cuenta de que esta Sakura y aquella eran dos personas diferentes..
Se acurruco mirando la pared mientras sus brazos rodeaban su estómago, su mente solo volvía como un flash back hacia esa promesa y lo que vio anoche.
Ella contuvo el llanto tanto como su fuerza de voluntad se lo permitió, el cansancio era algo que estaba ligado a sus huesos, ya no quería nada..
Una lágrima incontrolable bajó por su mejilla, su mentón tembló y ella apretó sus manos con ira y gritó contra la almohada hasta el cansancio.
Se levantó y camino hacia la habitación de Sasuke, pudo ver al pelirrojo llamado Nagato al doblar la esquina.
—Sakura!
Corrió hacia esa habitación, tenía que comprobar que él seguía allí, abrió la puerta y se quedó estática mirando la cama vacía.
—no puedes correr Sakura, se supone que debo cuidarte -dijo el chico atrás de ella-
Pero los ojos de la pelirosa estaban perdidos en cada detalle de esas cuatro paredes.
—Sasuke -susurro-
Por un momento pensó que su cerebro nuevamente estaba jugando ese juego enfermizo donde ella siempre perdía, pero un leve destello en las pulcras y blancas baldosas llamó su atención.
Caminó ignorando lo que Nagato decía, sus manos temblaban levemente por la expectación y se arrodilló con lentitud sin apartar los ojos de ese objeto.
La pulsera dorada era todo lo que ella necesitaba para confirmar que Sasuke si estuvo aquí.
Miró el fino corazón de oro que tenía la inicial de su nombre, al girarlo vio una nueva inscripción "SS" su corazón volvió a latir con fuerza, dejó que las lágrimas corrieran por sus mejillas y sonrió.
¿Donde estaba Sasuke?
—Sakura debemos irnos
—¿puedes preguntar qué pasó con el chico que estaba aquí?
Nagato se removió incómodo y asintió con la cabeza.
—¿hija?
Al girarse vio a sus padres que venían con los brazos abiertos y ojos llenos de culpa.
—estoy bien -dijo ella-
Sus padres la abrazaron con fuerza y ella se calmó.
—¿segura que estas bien cariño?, quizás no debiste salir de casa -dijo su madre preocupada-
—estoy bien mamá, Nagato dice que tenemos que irnos..
—¿nos llamarás? ¿Nos enviarás una carta? Si algo está mal solo dinos, por favor hija, nunca olvides que queremos lo mejor para ti.
—lo sé, les escribiré en la semana, yo estaré bien.
Los abrazó por última vez y fue por sus cosas, no quería volver a su casa después de todo lo que había pasado, Sakura comprendía que su condición les hacía daño y ella los amaba lo suficiente como para querer verlos felices..