¡Ante ustedes, se presenta, la Princesa de Clarines, Irazue Wistaria!
Que interesante manera de ver, hermanita
Gracias por esto, hermana
Eres una mujer completamente calificada para gobernar querida hija
los personajes de Akagami no Shirayuki no m...
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Estos son los papeles a firmar – asintió sin alzar la vista, se encontraba concentrada en firmar aun mas cosas, los exámenes habían pasado, ella siendo la responsable de organizar el castillo, se encarga de mandar a hacer las identificaciones de los nuevos residentes del castillo
Su concentración se detuvo al ver, los resultados de una de los pasantes, la información y todo lo requerido por ella, se detuvo al leer el nombre de la persona
Shirayuki – murmuro, dejando el pincel, miro por unos momentos el papel antes de decidir – tráela
Si – el pelinegro asintió, saliendo de la oficina
Se tomaron unos minutos antes de que la puerta fuera tocada
Adelante – dio el pase
Con permiso – escucho la voz de la chica entrando, detrás de ella, su guardaespaldas
Usted es... - recargo sus manos en el escritorio al ver que la chica la reconocía
¿Qué es lo que buscas aquí? – pregunto sin inmutarse viendo directamente a la joven chica
¿perdón? – respondió Shirayuki desubicada
Tu presencia en el castillo se me ha sido imposible ignorarla – la miro detenidamente - ¿Cuál es tu meta? ¿Algún estatus mas elevado? ¿algún titulo? ¿tierras?
No logro comprender – respondió aun confundida
Reconoce tu lugar, jovencita – la miro seriamente – al acercarte a Zen ¿Qué es lo que buscas?
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¿no han visto a Shirayuki? – pregunto Zen a uno de los guardias que suelen pasarse por esos pasillos
Hace unos momentos la vimos en dirección al jardín Su Alteza – respondió un guardia
El chico asintió, dirigiéndose a dicho lugar, al llega inesperadamente se encontró con sus guardaespaldas y el de su hermana
Su Alteza – saludo el pelinegro
El peliplata asintió, mirándolo con sospecha, el joven casi nunca se despegaba de su hermana, y el que este allí significaba muchas cosas
Zen ¿Dónde estabas? Te dejamos en el jardín un momento y lograste escaparte – lo regaño el peliverde
