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7 años antes....


Luego de ese fracaso de relación decidí no llorar por un idiota y trabajar en mi.

Empecé a entrenar hasta lograr un desarrollo en mi cuerpo muy grande y lo pude notar cuando empecé mi sexto y último año de secundaria.

Esa mañana, el primer día de clases, ni bien bajé del auto pude ver las miradas lascivias que me lanzaban mis compañeros.

Al llegar a la puerta, me encontré con mis mejores amigas que me sonreían orgullosas de lo que había logrado.
Ambas me abrazaron felices de verme al fin.

- hola chicas, como la pasaron este verano?? - pregunté alegremente.

- estas vacaciones fueron horribles - contestó Sam enojada, cosa que me sorprendió porque es raro de ver en ella ya que es la más risueña. - mis hermanos no pararon de traer chicas hasta que se fueron por fin a la universidad, me fue imposible dormir con todo el ruido que hacían - habló totalmente asqueada.

- bueno, era momento de que usaran su pene, ya creía yo que lo tenían de adorno - bromeé, lo que ella me miró mal.

En eso suena la campana avisando que las clases comenzaban, dejándola así con la palabra en la boca.

Teniamos matemáticas en la primera hora, nos acomodamos con las chicas en nuestros respectivos bancos antes de que entre el profesor.

- ¿vieron que hay un alumno nuevo?- oí decir a Elena.

- es lindo?

- velo tu misma, porque ahí va entrando - dijo en un susurro Sam, a lo que yo me di vuelta y lo ví.
Morocho, ojos verdes, alto, con pinta de fuckboy de acá a la china.

- ¿la tendrá grande? - fue lo primero que llegó a mi mente, a lo que las chicas rieron.

En eso cruzamos miradas y me guiña un ojo, a lo que yo ruedo los míos, lo que me faltaba y eso que era el primer día.

De pronto entra un profesor que jamás había visto.
Él era alto, morocho, ojos grises, con algo de barba. Todas nos quedamos babeando en cuanto lo vimos.

- buenos días alumnos, soy su nuevo profesor de Matemáticas, el profesor Alejandro Myers - se presentó el hermoso hombre - tengo entendido que su antiguo profesor se jubiló, así que siendo así, empecemos con sus presentaciones.

cada uno comenzó a decir su edad y su nombre hasta que le tocó al nuevo hablar y todos pusimos nuestra atención en él.

- me llamo Daniel Baker y tengo 18 años - dijo serio hasta que miró a su derecha y volvimos a cruzar miradas, me sonrió de lado y yo volví a girar los ojos.

Algo me decía que era un estúpido como todos y que tenía que aprender varias cosas sobre las mujeres y yo le iba a enseñar.

En eso llega mi turno y teniendo la mirada encima de mi encantador profesor pronuncié - me llamo emily giordano y tengo 17 años - lo miré sonriendo a lo que él me devolvió la sonrisa y mierda, su sonrisa era hermosa.

Siguieron con las presentaciones los últimos alumnos y comenzó por fin la clase.

Iba a disfrutar mucho tener clases de matemáticas a partir de ahora.




(...)


Al finalizar las clases teníamos que ir al gimnasio para las pruebas de las porristas y yo como siempre tenia que estar presente por ser la capitana.

Bajo La PasarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora