Prólogo

361 42 10
                                    

Era una noche fría, el viento soplaba y la lluvia caía con fuerza, una noche en que a ninguna persona le gustaría salir, pero ahí estaba él, caminado en medio de esa fuerte lluvia, sintiendo el frío golpear su cara pero eso no impedía que siguiera caminando en una sola dirección, la casa Sano.

Para Takemichi había sido una sorpresa que Mikey lo llamara a media noche solo para decirle que se dirija a su casa lo más rápido posible, después de que el alfa rubio colgara el omega simplemente se levanto de la cama, se coloco sus supresores y oculto su aroma para luego cambiarse y salir de su hogar para cumplir aquella orden, por la fuerte lluvia se demoro un poco más de lo planeado pero una vez que estuvo frente al hogar del Sano toco el timbre y la puerta fue abierta por un enfadado Draken, el cual solo lo hizo entrar a la fuerza en la casa y lo llevo hasta la sala, lugar donde se encontraban los capitanes y sub-capitanes de todas las divisiones, esto le pareció algo raro a Takemichi pero solo les brindo una sonrisa, queriendo calmar aquel pesado ambiente que había, lo cual no logro ya que este pareció volverse más pesado.

Mikey fue el primero el levantarse, estaba serio, sus ojos rojos indicaban que había llorado, algo por lo cual Takemichi se preocupo, él rápidamente se acerco al alfa para preguntar que había ocurrido pero en lugar de recibir una explicación recibió un golpe que lo dejo en el suelo.

El Sano ni siquiera lo dejo pronunciar ninguna palabra, solo se montó encima y lo golpeó sin compasión alguna, el sabor metálico se hizo presente en las papilas gustativas del rubio teñido y el dolor empezó a apoderarse de él, haciendo que varias lágrimas salieran de sus ojos azules, pero de un momento a otro sintió como ese peso que tenía encima era quitado, abrió sus ojos con cuidado y encontró a Baji sosteniendo con fuerza a Mikey con la ayuda de Chifuyu el cual evitaba mirarlo.

—Quedas expulsado de la Toman y si te atreves a hablar te corto la lengua

Takemichi se quedó callado al escuchar la amenaza, tenía miedo, mucho miedo.

—Solo quiero saber una cosa antes de darte el castigo que te mereces maldita rata, ¿Por qué?

Esto confundió al chico, el cual se quedó callado pues no sabía que responder, al parecer esa acción molesto a todos, ya que fue Draken quien lo tomo del cuello y lo levanto mientras lo miraba con furia.

—Responde maldita sea, ¿Por qué a Emma? Maldita sea Takemichi, pudiste atacarnos a nosotros si eso querías pero te metiste con ella, eso no tiene perdón!!

Un golpe fue dado en la mejilla del chico, el cual a duras penas logro hablar.

—No se de que hablas, yo nunca atacaría a Emma ni a nadie de la Toman

Muy bien, parece que eso fue la gota que derramó el vaso para todos, ya que ni siquiera pensaron antes de atacarlo con todo, varios golpes iban y venían en algún punto Takemichi perdió la conciencia y se levantó por el ruido de una moto solo para darse cuenta que los que se hacían llamar sus amigos lo dejaban votado en un sucio callejón, una sonrisa triste adorno su rostro en ese momento, sintiendo el frío golpearlo, como si la paliza que había recibido no fuera suficiente.

Sus ojos azules se cristalizaron pero en lugar de llorar solo pudo reír, burlarse de su pésima suerte y de la vida, estuvo unos momentos así, riendo e ignorando el dolor de su cuerpo hasta que se quedó sin aire por tanto reír, con cuidado busco su celular, lo encontró, estaba roto pero funcionaba, una vez más ignoro el dolor para llamar al único alfa que sabía su secreto.

Solo bastaron unos cuantos segundos para que la llamada fuera contestada.

—Naoto, por favor ven por mí, no creo poder llegar a casa solo

Lo dijo en un tono bajo, pero sabía que el contrario lo había escuchado ya que él pudo oír claramente el sonido de unas llaves ser tomadas y el sonido de la puerta ser abierta además de la voz de Hinata preguntando la razón por la cual salía, claro, la alfa no obtuvo ninguna respuesta.

Dame la dirección, estaré ahí lo más pronto posible

Takemichi no pudo evitar sonreír al escucharlo, se notaba la preocupación en su voz.

—Me dejaron en un callejón, el que está cerca de mi casa, lo conoces

Estoy llendo, espérame


—Como si me pudiera mover, aquí te espero, por favor no tardes


La llamada finalizo y Takemichi apoyo su cabeza en el muro del lugar, el cansancio se apoderaba de su cuerpo e iba poco a poco perdiendo las fuerzas, tal vez debía dormir unos cuantos minutos, así lo hizo.

Él no sabe cuánto tiempo pasó, solo sabe que despertó en la camilla de un hospital con Naoto a su lado.

¿Perdón? ¿Por qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora