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Nadie corre a su rescate. Esta maullando y bufando por no recibir su desayuno.

¡¿Dónde estaba el maldito nerd y el cono de nieve de dos sabores?!

─Kats, nadie vendrá, vamos, adelante pequeño. Gánate esa leche.

Sólo procede a sacar sus filosas uñas.

Pero eso ni inmuta a su cuidador, ¿Qué podría hacer un gato cómo él? En sí, esto no era un castigo, ni mucho menos algo que Natsuo hacía con dobles intenciones, porque todos en la casa sabían que el tiempo de Rol Pet Play era donde se metían lo más que podían en sus papeles.

Pero no piensa hacer algo muy loco y cansino para conseguirlo, quiere comer e irse a dormir un poco.

Le ve y Natsuo da un sorbete de su taza de café, la mirada bermellón oscuro de Katsuki baja a la altura de su rodilla, donde su mano palmea despacio.

Siente su corazón latir acelerado cuando cae en cuenta lo que su cuidador prefiere ver.

─Meoh... ─Suelta quedito.

Deja el orgullo de lado, éso fue una de las importantes reglas/condiciones que tienen entre ellos, sobre todo él. Cuando empezaron con este Rol, todos estaban muy nerviosos, eran inexpertos, cometieron errores y aveces salían del papel sin siquiera haberlo dicho/hablado previamente. Existía una "palabra de seguridad", pero eso nunca lo utilizaron ya que aquello abarcaba otras ramas que ellos aún no querían subir, sólo ser Cuidadores/Mascota.

Tres Top's que encontraron perfecta aquella práctica para cuidar de su lindo chico.

Se arrima con sus patas delanteras encima de aquella fuerte pierna, deja sus rodillas contra el piso y su cola hacía abajo, Katsu da un meneó ligero a sus caderas para que esta se mueva. Luego, sólo le queda esperar a que, el hijo mayor de Los Todoroki lo acepte.

Y parece funcionar cuando esa grande y suave mano acaricia su cabeza.

─Eso es, mi pequeño Katsu.

Y es inevitable ronronear por el comentario. Le encanta ser halago.

Natsuo da un último sorbo a su café de su taza, mientras mira como Katsu parece agradarle su gesto de acariciar su sedoso cabello rubio ceniza, observa también esas lindas orejas de diadema que siempre están alzadas, pero siempre se le harán hermosas en él.

─Kats, te daré alimento, ven pequeño.

El gato amarillo lame su labio inferior y se aparta a un lado para maullar exigente y apurar al hombre. Y cuando este parece apresurar el paso, nervioso, Katsu sólo puede pensar "Humano idiota, de nuevo caíste en mis encantos"

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