Capítulo 10: Paginas de chismes y acoso virtual

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Me veo como una mierda fue el primer pensamiento de Takemichi al despertarse y ver sus ojos hinchados en el espejo, se sentía muy ridículo por haber llorado casi toda la noche,  gracias al pensamiento de que a Manjiro le gustara alguien más, aunqu...

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Me veo como una mierda fue el primer pensamiento de Takemichi al despertarse y ver sus ojos hinchados en el espejo, se sentía muy ridículo por haber llorado casi toda la noche, gracias al pensamiento de que a Manjiro le gustara alguien más, aunque haciendo un poco de autoanálisis se dio cuenta de que si Sano no correspondía sus sentimientos no era su culpa, pues nadie está obligado a amar o seguir amando, por ese último pensamiento su mente hilo los miles de recuerdos que creía perdidos sobre Kakucho, le consuela pensar que esa herida ya se cerro y que él ya ha olvidado, pero eso sería una gran mentira. mientras se lavaba los dientes se preguntaba que paso con Hitto, esperaba que le estuviera yendo bien en Manila.

A veces llegaba a su mente la idea de que haría en caso de que se volvieran a ver, ¿lo golpearía? o solo lloraría como un idiota, quizás en su cuerpo se activaría alguna de las reacciones primarias del ser humano, ya sea la de escapar o la de confrontar su miedo cuando vea a quien lo dejo con el corazón roto como un idiota en ese frio aeropuerto. Su mirada se dirigió a su mesita de noche donde en lo más profundo del último cajón descansaba aquella caja con los anillos que alguna vez quiso regalar. Se preguntaba si en algún momento alguien estaría dispuesto no solo a recibir un anillo si no también su débil corazón.

Sus pensamientos intrusivos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta de su habitación siendo golpeada suavemente, sabía quién era pues de ser sus hermanos ellos entrarían sin tomarse el tiempo de tocar importandoles poco si él estaba vestido o no. -Hijo, el desayuno está listo, tus hermanos se fueron hace poco a su casa por los uniformes- Sin perder el tiempo Takemichi fue al piso de abajo a desayunar con su padre, esperaba que no preguntara por sus ojos hinchados y su falta de ánimo.

Al llegar a la mesa se sentó y tomó sus cubiertos, mientras comenzaba a comer poso su vista en su padre el cual seguía en frente a la estufa terminando de cocinar sus panqueques, Hanagaki Yoshio es un hombre de 30 años que a sus ojos seguia viendose joven, con su cabello azabache y preciosos ojos cafes claros, a pesar de su altura o su porte recto era un hombre bastante cariñoso que no dudó en sacrificar su juventud para criar a su primogénito.

Cuando era más pequeño sentía culpa por haber arruinado la adolescencia de pandillas y aventuras que solía llevar su Yoshio, nunca ha podido escuchar la historia completa sobre la vida de su padre gracias a que odia el destello de tristeza que se asoma en sus ojos cada vez que pregunta por su madre o sus abuelos.

Su vida familiar ha sido bastante buena, su madre poco después de dejarlos se casó con un buen hombre Haitani Ryo. Take no se lleva con su madre, no la odia pero es incapaz de perdonar todos los años de soledad donde se preguntaba una y otra vez el porque ella no quería ser parte de su vida, hace apenas cinco años ella había decidido volver con si hijo pero como era de esperarse la rechazó rotundamente, a dia de hoy no es capaz de hablar con ella y el único motivo por el que va a la casa de los Haitani es para ver a sus hermanos y poco más.

 Take no se lleva con su madre, no la odia pero es incapaz de perdonar todos los años de soledad donde se preguntaba una y otra vez el porque ella no quería ser parte de su vida, hace apenas cinco años ella había decidido volver con si hijo pero c...

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•DUMB• ¿Mitake?¿Bajitake?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora