Capítulo 8: Hermanos humillados y eventos deportivos

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Para su desgracia otra vez era lunes, podía darse cuenta gracias al dulce olor a panqueques que se elevaba suave por toda la casa, asumió que alguno de sus hermanos estaba haciendo el desayuno, lentamente se froto los ojos mientras se maldecía una...

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Para su desgracia otra vez era lunes, podía darse cuenta gracias al dulce olor a panqueques que se elevaba suave por toda la casa, asumió que alguno de sus hermanos estaba haciendo el desayuno, lentamente se froto los ojos mientras se maldecía una por ser tan torpe y dejar su cortina abierta en la noche provocando que los rayos de sol entraran vibrantes a su generalmente oscura habitación.

A pasos lentos se levantó de su cama, cuando de repente golpeo a su mente la realización de que uno de sus mejores amigos tuvo una cita con su crush, aunque no lo admitiría nunca en voz alta, deseaba que toda la cita hubiera sido un completo fracaso y que ellos no fueran compatibles. Cada vez que llegaban esos pensamientos egoístas a su cabeza el sentimiento de culpa se hacía más fuerte. Desde que llego esa maldita carta sus sentimientos de volvieron caóticos.

Tomo dirección hacia la ducha para comenzar a prepararse para salir, en el piso de abajo se escuchaba a Emma riendo de manera escandalosa, asumió que su mejor amigo Draken ya había llegado y estaba ayudando a su hermana. Aun le parece increíble que Ken lleve tantos años suspirando por la joven Sano y que aún no sea capaz de confesarse, aunque lo entiende, el miedo a ser rechazado es paralizante.

Cuando termino con su rutina de mañana se dispuso a hacer lo más importante, comer, a pasos rápidos irrumpió en la cocina con la intención de asustar a los tortolitos que se mantenían en su burbuja. Cuando entro lanzo un grito estruendoso provocando que Draken quien estaba volteando los panqueques se sobresaltara y lanzara dicha comida al techo.

-MIKEY ¡¿QUE MIERDA?!- Grito Draken al sentir su corazón a punto de salir de su pecho.

- ¡Buenos días familia! - Mikey se hizo el desentendido con la casi muerte de su amigo.

-Buenos días mi trasero, ahora siéntate mocoso idiota, si no te terminas tu desayuno juro que te pateare- riño a su amigo mirando con pesar el panqueque pegado firmemente al techo.

-Pareces el padre de Mikey, par de bobos- Se burlo abiertamente Emma.

-Ken-chin puedes adoptarme si quieres, se ir al baño solo y no como mucho- dijo haciéndole ojitos con ánimos de molestarlo, como si fuera un cachorro en un refugio de mascotas.

-Si Draken, llévate al tonto de mi nieto, es más te lo regalo así tendría una boca menos que alimentar, además no tendré que soportar que le huelan las patas- se burló el abuelo Sano mientras bebía su café.

-Mikey termina tu comida antes de que cometa un crimen de odio- Entre risas la familia Sano comenzó su desayuno, lamentablemente no estaban completos. Izana llevaba un mes en Filipinas de intercambio, cosa que le dolía a Mikey por la falta que le hacia su sobreprotector y otaku hermano mayor.

Tampoco estaba presente Shinichiro porque tuvo que atender una "emergencia en el taller de motocicletas" si, le dio ese patético intento de excusa a su abuelo, como si no fuera consciente de que su nieto mayor había decidido salir un poco antes para entroncarse casualmente con el bonito pelinegro dueño de una veterinaria.

•DUMB• ¿Mitake?¿Bajitake?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora