III

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─Lo siento. ─Jaehyun estaba agradecido de que la oscuridad escondiera sus mejillas enrojecidas─. Soné como si no me importara casarme contigo, ¿no?

─Es la verdad, ¿no? ─Doyoung se encogió de hombros─. No puedo creer que haya un sólo hombre vivo el cual disfrute que le ordenen casarse contra su voluntad.

─ ¿Entonces este matrimonio tampoco es algo que quieras llevar a cabo?

Otro encogimiento de hombros. ─Valoro mi libertad tanto como cualquier hombre.

La noción de que Doyoung pudiese ser tan reacio a casarse como lo era él nunca se le había ocurrido. Pensó que quizás podría sentir una extraña clase de afinidad por ese hombre.

─Sé por qué me opuse a esta unión ─dijo Jaehyun─, pero ¿cuáles son tus razones para querer ser libre de emparejarte?

Doyoung dudó durante tanto tiempo que Jaehyun no creyó que fuera a contestar.

Finalmente, dijo: ─Quizás te revele mis misterios algún día, pero todavía no.

A pesar de que sus palabras estaban lejos de ser sensuales, el tono ronco de la voz de Doyoung envió delgados dedos de calor que se arrastraban por su columna. Durante más de dos años, el cuerpo de Jaehyun había permanecido inactivo a todo excepto a las sensaciones más básicas. Tenerlo despierto ahora, en presencia de un hombre al que se le estaba forzando a estar con él, no era bien recibido, ni de cerca.

Se esforzó para cubrir su incomodidad. ─ ¿Eres un hombre de secretos entonces?

─Todos tenemos nuestros secretos, Jaehyun de Lachlan ─un punto de tristeza coloreó las palabras de Doyoung─. Ningún hombre vivo escapa de las bendiciones de la vida... o de sus maldiciones.

Un escalofrío recorrió la superficie de la piel de Jaehyun. Hasta ahora, había olvidado completamente las advertencias de Jungwoo. Continuó con precaución.

─Pareces haber sido favorecido lo suficiente.

─Pero no puedes verme en la oscuridad, ¿o puedes? Se cuidadoso, Jaehyun de Lachlan. A la luz se le da mejor revelar las cosas que mantenerlas escondidas.

Jaehyun estaba a punto de preguntar el significado a Doyoung cuando una brisa repentina sopló, trayendo con ella un olor acre, algo similar al humo, que borró la fragancia de las flores y quemó las aletas de la nariz de Jaehyun. Se giró para preguntar a Doyoung si también lo había olido, y fue ahí cuando comprendió que estaba solo.

Pensó en buscar en el patio real, pero de algún modo sabía que no funcionaria.

Con una sacudida de cabeza, Jaehyun volvió adentro.

❀❀❀❀❀


A la mañana siguiente, Jaehyun estaba de pie en la puerta de sus habitaciones cuando Yifan salió al pasillo. Echó una mirada al rostro soñoliento de Jaehyun y silbó.

─Tuviste una mala noche, ¿no?

Si sólo supiera. Después de su encuentro con Doyoung, el insomnio de Jaehyun había aumentado. Finalmente se había rendido al sueño justo antes de que amaneciese, pero no iba a admitir tanto a Yifan.

En la fachada del silencio de Jaehyun, Yifan le miró de arriba abajo de nuevo, entonces suspiró. ─No es la mejor impresión que dar al Rey Yunho.

Jaehyun se encogió de hombros. ─Quizás esté tan decepcionado por como luzco, que cancelará la boda.

Yifan lo ignoró. ─Bien, no podemos hacer nada por tu apariencia. Yunho tendrá que tomar lo que recibe.

─Por favor, no más cumplidos. Me hincharás la cabeza.

The Devil's Fire | JaeDo (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora