CAPÍTULO 2

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Ahora ¿Como se lo digo a Anna?¿Como hago para que no le duela tanto? Para hacerle entender, dios, si esto es difícil para mi, me imagino lo que será para ella, el perder a mama, a tan corta edad.

-Anna ¿Sabes que te amo?- Me acuclille en frente de ella, para quedar a su misma altura, y con un nudo en la garganta que a penas me permitía hablar.

-Si, y yo también, muchísimo-Dijo agarrando mis manos y una sonrisa se formo en su cara. Agacho mi mirada rápidamente y dejo caer una lagrima para que ella no me vea, aunque fracaso terriblemente.

-¿Sabes que jamás te voy a dejar sola?-Sigo tratando de aguantar las lagrimas, pero mi voz me delataba, temblaba notoriamente por intentar esconder las lagrimas y poder ganarle al nudo de mi garganta.

-Lo se, y te agradezco- Dijo y agache mi cabeza dejando caer dos lagrimas, era tan inocente y tan madura a la vez.

-Tienes que ser fuerte, yo se que eres una niña muy fuerte, que lo superara todo ¿Te digo un secreto?-asintió- Eres hasta mas fuerte que yo- Dije en un susurro.

-¡Mentira!¡Tu eres hasta mas fuerte que hulk el hombre verde!- Dijo en un grito y yo me permití dar una carcajada y luego darle un abrazo, tratando en ese momento de derramar todas las lagrimas que pueda mientras ella no me ve.

-Mama, ella se fue al cielo, ella ahora es el ángel mas hermoso que hay, ahora ella, le ayuda a dios a protegernos- Dije llorando, y colocando un mechón de cabello tras su oreja; ella frunce el ceño y se aleja un poco de mi.

-Pero yo no quiero que ella este con dios, si ella nos cuidaba muy bien desde acá- Dijo con el ceño fruncido, y sus ojos cristalinos.

-Pero pasa que dios, la necesitaba, no podía solo, entonces, me dijo a mi que te cuide, y que ella me iba a ayudar con dios ¿Entiendes?- No pude aguantar y deje derramar lagrimas.

-¡No!¡Yo no quiero que mama este con dios!¡Yo quiero que este acá conmigo!-Exclamó llorando y la abrace fuerte rompiendo en llanto, tratando de calmarla, o mas bien, tratando de calmarme, en este momento no se quien esta mas afectada, si ella, yo, o ambas...

-Vamos a casa Anna- Masculle levantándome y agarrando su mano. Salimos de ese hospital, esa clínica que jamas olvidare, y jamas quiero volver a pisar.

Salimos y paramos un taxi. Subimos, diciéndole nuestra dirección al amable señor que conducía, ninguna dijo ni una sola palabra en todo el camino, ambas mirábamos hacia la ventanilla, veíamos cada cosa como si jamas lo hubiéramos visto, aun así mi mano seguía agarrada a la de ella con fuerza y no tenia intención de soltarla, ella es mi fuerza ahora.

Luego de pagar al chófer, bajamos y entramos a nuestra enorme casa. Quedara tan vacía sin mama.

-No estés triste, vamos a bañarnos y a jugar un rato, luego tengo que dejarte con Rosa, porque tengo que ir a buscar unas cosas- Dije acariciando la mejilla de Anna (Rosa, era la vecina, una amable señora que siempre ayudaba a mama a cuidarnos cuando lo necesitaba).

-Si, esta bien- Dijo cabizbaja.

Ambas entramos a su correspondiente habitación, puse perilla, y pegue todo mi cuerpo contra la puerta, deslizándome hasta el piso, y finalmente abrazarme a mis piernas, y pegar mi cabeza a mis rodillas, fue el momento en que deje de reprimir todo el dolor que sentía, las lagrimas solo salían, ya no tenia la necesidad de esconderlas.

Ahora la pregunta es ¿Cómo salgo adelante? ¿Tengo toda una adolescencia por delante y tengo que pasarla como adulta? no me molesta cuidar a mi hermana, después de todo ella ahora es todo lo que tengo, y si le llega a pasar algo me muero, daría la vida por ella. Pero eso tampoco justifica que perderé muchas cosas.

Desde hoy, prometo protegerla de cualquier cosa, como me dijo mama, con valentía y amabilidad, sin dejarme caer por nada, seré un ejemplo a seguir para ella, o por lo menos haré todo lo que este en mis manos para serlo.





|BESTIA|-ABRAHAM MATEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora