Lo primero que llamaba a la puerta, era miedo, más bien mis traumas, llamaba a la puerta la esperanza de que fuera él y a la vez la rabia de esto mismo.
Cuando por fin tuve la fuerza de abrir la puerta me encontré con la misma persona que me había subido a lo más alto de la montaña para después tirarme con todas sus fuerzas, no tuve el valor de recriminarle nada ni de cerrarle la puerta en su cara que quizás es lo que se merecía, pero tonta de mi que le recibí con un "hola"
no sabía que una palabra pudiera destrozar una vida, mi vida, ni que una decisión como un "pasa" tuviera tantas consecuencias como las tuvo aquella noche.Lo primero que le dije fue "cuánto tiempo" NO SE TE OCURRÍA NADA MEJORRR, DARLE UN TORTAZO POR EJEMPLO, pues no , no se me ocurrió otra cosa que invitarle a cenar y estar toda la noche creyéndome sus mentiras, aceptando sus perdones y convenciéndome a mi misma de que todo el mundo merecía una Segunda oportunidad, pero si me hubieran avisado de que ese cambio en mi vida iba a ser más que un simple cambio, todo hubiera sido diferente.
Esa noche se quedó y pasó lo que no tendría que haber pasado, pero los problemas llegaron a la mañana siguiente mientras que él me preparaba las tostadas como cuando nos conocimos y yo recién levantada con un moño cogido con un lápiz le sonreía, solo podía pensar en como le iba a explicar esto a mis amigos, no que tuve un error al dejarlo pasar a mi casa, sino que esa noche lo dejé volver a mi vida y yo me volví a enamorar.