The punishment (Vance Hopper).

06

Desperté gracias a la voz de mi tío Max, era hora de ir a la escuela, la noche anterior fui tan cobarde que apenas descolgue el teléfono para responder la llamada de Vance, colgué, me sentía nerviosa, las palabras que había dicho sobre defenderme rondaban por mi cabeza todo el tiempo, hace 1 mes que lo conozco y me pone tan nerviosa, hoy habíamos quedado de vernos, no sabia que hacer para controlar mis manos sudorosas. Frote mis manos en mi cara y me levante para arreglarme.

Una vez que había terminado toda mi rutina y estaba lista para abrir la puerta de la casa, la mano de mi tío se posó en mi hombro, di un pequeño brinco.

Cierto Aubrill, el día de hoy te llevará a clases mi hermano, tengo que salir de emergencia.- dijo mi tío Max mientras salía primero que yo y se montaba a su auto.

Bueno pequeña Aubrill, es momento de irnos.- me mostró una sonrisa, salí dándole una sonrisa falsa, sería incómodo compartir un viaje de 15 minutos con el.

Y así fue, todo el camino me la pasé viendo a la ventana para evitar su mirada que me daba de vez en cuando, su auto olía a tierra y a alcohol, supongo que cuando salía era para ir a beber, eso explicaría porque siempre pregunta si saldremos. Una vez que estábamos frente a la puerta de la escuela, tome mi mochila y abrí la puerta.

Nos vemos tío, hoy regresaré tarde a casa, saldré con un amigo.- dije mientras lo miraba, este solo se encontraba mirando al frente, pero tan pronto dije la palabra amigo, este volteó, solo asintió, cerré la puerta y se marchó.

Una vez entre a la escuela, las personas se cambian del otro lado del pasillo para evitarme, si bien no era popular o algo, nunca habían hecho eso conmigo nunca; llegue a mi salón, donde se encontraba Robin.

Hola Rob, ¿tú también vas a huir de mi?.- pregunté sonriendo.

¿No sabes el porqué, verdad?.- negué con la cabeza.- Aubrill, te vieron ayer en la salida con Vance Hopper, un matón, es normal que sus pequeñas piernas tiemblen.

¿Sólo por eso me hacen el feo?.- reí un poco, si, Vance no era un ángel de Dios, se metía en problemas la mayoría de veces, pero lo que llevábamos de conocernos me demostraba que era lindo, y eso era lo que importaba, claro que lo regañaba durante 2 horas cada que se metía en una pelea.

Me senté a lado de Robin y empezarón las clases, mi mente trabajaba a mil por hora tratando de entender a el maestro de matemáticas, pero siempre me perdía, volteé hacia Robin y este solo hacia garabatos en su libreta, lo golpeé con el codo para que pusiera atención, pero este solo me saco el dedo medio, reí un poco, era un caso perdido.

La hora de salida llegó, me despedí de mis amigos y camine hacia Vance que se encontraba parado esperándome para ir a nuestra salida, lo saludé y empezamos a caminar, en medio de la charla que teníamos me quito la mochila y se la puso en un hombro, realmente este chico quería ser un caballero. Llegamos al lugar donde necesitaba comprar unas cosas, tardo más de media hora en escoger un póster que la única diferencia era la expresión del artista. Caminamos a su casa, en el camino me advirtia que no me acercará mucho al gato, que podría tener una expresión adorable, pero que en cualquier momento me rasguñaria, sorpresivamente al llegar el gato se empezó a frotar en mis piernas, haciendo que Vance le hablara ofendido al gato, su madre que se encontraba ahí me saludó y regañó a Vance para que bajara al gato.

Bueno, ya termine de desahogarme, vamos a mi cuarto Brill.- tomo mi muñeca y subimos al segundo piso, nos dirigimos al final del pasillo, donde la puerta tenía un póster de "no pasé, peligro", la abrió y entramos.

Bienvenida a mi cuarto.- dijo orgulloso y empezó a desempacar las cosas que había comprado.

Su cuarto era de color azul claro, en la pared a lado de su cama tenía varios pósters de artistas, bandas e incluso películas, arriba de su mesa de noche tenía una repisa con discos vinilo, por alguna razón me esperaba que su cuarto fue un caos, pero estaba bien ordenado y limpio, me senté en su cama y tome una libreta que tenía en un mueble.

¿Puedo?.- pregunte mientras le mostraba la libreta.

Claro, mírala.- volteo a verme y sonrió.

Abrí la libreta y empecé a hojearla, la mayoría de páginas tenía letras de canciones, dibujos sin sentido y respuestas de lo que serían video juegos, antes de llegar a las últimas 5 hojas, Vance habló.

Dámela.- su expresión era de susto, no renegue y se la di.

¿Pasó algo Vance?.- este metió la libreta a un cajón y volteo a verme.

Recordé que no debías ver algo de esa libreta, es todo.- tomó el póster nuevo y empezó a pegarlo en la pared.

Esta bien, no pasa nada, seguro es algo muy íntimo, no te preocupes Vance.- palmee su espalda haciendo que este brincara un poco.

No es tan íntimo, solo que no se si te imcomodaria verlo.- volteo hacia mi e hizo una mueca.

Sabes que tus cosas no me incomodan Vance, tenemos confianza, no?.- Vance volvió al cajón y sacó la libreta para después dármela.

La abrí y regrese a la hoja donde me quedé, al dar la vuelta a la otra página vi un dibujo de lo que parecería ser yo, no es que Vance dibujara muy bien, pero él dibujo era bonito. La sangre empezó a subir a mis mejillas, sentía mi cara caliente y mi corazón iba a mil por hora, lo miré a los ojos, este tomó mis manos y empezó a acercarse a mi, su colonia cada vez era más fuerte conforme rompía la distancia que había entre nosotros. Levante mi cara para mirarlo mejor y entonces las palabras salieron de su boca.

Aubrill, ¿puedo darte un beso?.- preguntó mirando mis labios, sentí que mi alma abandonaba mi cuerpo, mis manos sudaban como si las hubiera remojado en agua.

Asentí y la distancia entre nuestro labios dejó de existir, el beso fue dulce, sentía revoltijo en el estómago, nuestros labios se movían al mismo ritmo tratando de no separarse mucho tiempo, mis oídos perdieron la capacidad de percibir cualquier sonido, como si solo nosotros quedáramos en el mundo, solo nosotros dos uniendo nuestros labios. Nos separamos un poco y lo miré a los ojos.

Aubrill, tu me gustas y mucho.- habló Vance tomado mi mejilla.

También me gustas Vance.- respondí mientras besaba su mejilla.