Enseñanzas

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-¡Loki! Mira lo que puedo hacer!– una voz dulce lo interrumpió de su lectura de estudio.

"Y aquí es cuando extraño mis veladas tranquilas..."

Levantó la mirada para presenciar como la niña estaba de cabeza haciendo la invertida, con las piernas sujetando su vestidito azul para evitar que se caiga. Lo bueno es que estaba con zapatos, le costo muchos mundos a Loki acostumbrarla a usarlos para que dejara de estar descalza en todas partes.

-¿Donde lo aprendiste?

-Cuando fuimos a la plaza vi como unos niños lo hacían. Al principio me caía y se me bajaba el vestido, ¡pero ahora aprendí!

-Bueno, ya que te gusta hacer ese tipo de cosas, creo que un cambio de vestuario sería mejor para hacer esas actividades con más comodidad, no crees? Ven aquí.

-Me gustaría el traje de Lady Sif!– chilló Engla entusiasmada y corrió hacial él.

-Conoces a Lady Sif?

-Si! Ella es genial, fuerte, linda. Me defendió varias veces en las calles del otro Asgard y hasta me dio dinero.–Sin duda la admiraba demasiado, tenía los ojos iluminados y tenía una postura de niña soñadora sacada de un cuento.
A Loki no le molestaba hacerle un traje de su vieja "amiga" a su hija, pero no pudo evitar sentir un poco de envidia por la admiración que mostraba la pequeña- pero hace tiempo que ya no la veo, se murio?

-No estoy seguro, no la he visto hace años- Después de desterrarla por descubrir que él era Odin, no supo nada más de ella desde entonces, por lo que aún podría estar viva pero no quería darle falsas esperanzas tampoco. Sin embargo, había algo que lo molestaba, si la niña conocía a Lady Sif quiere decir que Engla había sido abandonada durante su reinado antes de la llegada de Hela. Había sido él quién había permitido esa barbaridad bajo su mando, y probablemente el abandono de muchos otros niños. Y ese simple pensamiento lo hacía sentirse extrañamente culpable.
El solo pensar en Engla durmiendo en un frío callejon le daba escalofrios. ¿cuantas Englas más habrá allá afuera? Honestamente no quería ni saber, por lo que opto por cambiar el tema.

-El traje de Lady Sif no es muy práctico fuera de una batalla- Al escuchar esto la pequeña saco el labio inferior, desepcionada- Pero te haré algo un poco inspirado en el, si tanto lo quieres.

Puso sus manos en los hombros de la niña, quién enseguida enderezó su espalda y se paro en una pose marcial. Loki cerró los ojos, buscando en sus recuerdos la vestimenta de la guerrera, y repaso cada pieza, cada costura, hasta que la imagen fue clara tras sus parpados cerrados. Abrió los ojos y sus manos brillaron con su color esmeralda,  envolviendo con su luz a la pequeña.

Cuando terminó, Engla era una Lady Sif en miniatura y con un estilo mucho menos bélico. Había copiado las calzas, aunque reemplazó el cuero por una tela mas cómoda, y lo mismo hizo con la falda, las botas y las camisa. Todo estaba decorado y bordado para hacerlo parecerse a la armadura de la querrera, pero éste era más suave y cómodo.

Al ver la reacción de Engla, Loki le sorprendió su propia felicidad al ver a la niña chillando y saltando cuando vio su vestimenta, especialmente las muñequeras de cuero que imitaban los brazaletes metálicos de Lady Sif.

Luego, antes de que Loki hablase o reaccionase, ella se adelantó y lo abrazó repentinamente por la cintura.

-Gracias!

"Por un poco de ropa?"

Loki no pudo evitar ver su propia vida desde otra perspectiva no muy halagadora. Él nunca había dicho gracias por los vestidores llenos de cientos de trajes, ni por los banquetes de cada día, ni por los baños de burbuja, ni por los paseos por la ciudad. Y ahí estaba Engla, llorando de emoción porque tenía ropa nueva. Un peso ahogante se instaló en su pecho y sabía que no lo iba a dejar pronto.

"Papá"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora