Parte I
"Soledad, soledad siempre soñada...
Te amo tanto, que temo a veces que Dios
me castigue algún día
llenándome la vida de ti".
Dulce María Loynaz
I
El dolor tiene alma de poeta
y dibuja luces negras en forma de palabras.
Con pincel mustio
riega su sangre,
luces que también son poesía.
¿Qué importa la versión de aquellos ciegos?
¿Qué importa su cuerpo magullado?
Los dioses se consumen en su esencia.
El dolor no rinde culto a la razón
y sus fieles lloran con el sonido de sus letras,
su carne, trémula se torna ante el deseo.El dolor pronuncia su dolor
después de haberlo escrito:
y yo detráslo amo y lo retengo;
lo hago mío,
y hago poesía.
II
En tu lúgubre mudez
me pierdo:
a veces ciego,
a veces gris,
a veces yo.
Eclipse del vejado
trasparente
que me cuelga de las alas
y me pierdo consagrado:
a veces sordo,
a veces blanco,
a veces tú.
Que todos bailamos
con un pie al vacío
y otro en el beso
desesperado.
Y me pierdo entre tus gritos:
a veces mudo,
a veces negro,
a veces nadie.
III
Busqué la muerte tras el velo
- rasgado -
que nunca usaste.
Busqué la muerte
en el aire
y encontré tu olor ...
Busqué la muerte en cada rincón
de una casa que olvidé
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"Soledad, siempre soñada"
PuisiEstás a punto de leer un poemario que, a lomos del silencio, ha cabalgado por las fatigadas praderas de la noche; que con lágrimas ha intentado borrarse tantas veces, sin saber, o quizá sabiendo, que la tinta, cuando es "color soledad", es indeleble...