Capítulo 2

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Los ruidos eran abundantes a mi alrededor, murmullos por todas partes, y bullicio por la emoción del momento, hasta que la abuela habló

—Ya es hora

Mis papás, Camilo y yo, nos dispersamos para dejar a Antonio solo, tras las cortinas de flores, no sin antes darle un abrazo todos juntos

—Confio en tí, Antonio —Le susurré, para que solo el pudiera escuchar

Pasamos al pasillo, la alfombra roja se extendía largamente por el corredor, esperábamos pacientes

Escuche unos cuantos titubeos de mi hermano, “Casita” le animaba a caminar moviendo unos cuantos mosaicos debajo de sus pies

Pero Toñito no se movía, el volteo a su lado, extendió la mano

Mirabel dijo algunas palabras mientras estaba al otro lado, en las sombras, pero solo bastaron unas cuantas súplicas de él

“Ven te necesito”

Para que mi prima se posicionara a su lado, y mi hermano menor se aferrara a su brazo, con temor y nerviosismo

Acaso es lo que mis ojos estaban observando, “¿Porque Mirabel estaba junto a el?”

Pensé disgustada 

“¿Porque no era yo?” “¿Porque no era Camilo?” “¿Porque no era papá o incluso mamá?” Eso sería lo más adecuado en estos momentos

Pero mi prima entrometida tenía que meter las narices en asuntos familiares, siempre con su “Gran ayuda”, sin dejarle hacer solo a mi hermano, como todos lo hicimos alguna vez al obtener nuestro don

Rodé los ojos, observándolos caminar juntos por el corredor, fingí una sonrisa cuando pasaron a mi lado, pero claramente estaba disgustada

Antonio se veía temeroso, y nervioso, pero Mirabel se perdía en la lejanía de la mirada, y en el detalle de los recuerdos

Difícilmente sabría lo que estaba pasando por su cabeza, y la de Antonio, pero a veces me gustaría tener el don de descubrir lo que piensan los demás a placer, sería menos escandaloso y caótico que el don de escucharlo todo, y a todos todo el tiempo

Pero finalmente habían llegado juntos al balcón

La abuela bendijo el milagro, Antonio poso sus manos en el, y se dirigió a la perilla de la puerta, igual de temoroso que antes, la compañía de Mirabel no le hizo cambiar de sentir, tampoco es que ella le ayudaría a obtener su don

¿Entonces porque la prefirió a ella antes que a mí?

Este pensamiento picante no paraba de divagar por mi mente

La perilla de Antonio giró, la luz del milagro le invadió, tan pronto lo hizo, un tucán posó su hombro, hablo con Antonio, lo hizo entenderle, y el niño asintió

Tape mis oídos, los sonidos de la estampida de animales eran bastante ruidosos, y después siguieron los aplausos, y silbidos víctorantes cuando el abrió la puerta, y todos subimos tras el por las escaleras

Mis padres, la abuela, la familia y todos en general, estabamos orgullosos de Antonio, y de su don espectacular

Estreche a Antonio entre mis brazos

—¡Lo hiciste amor, lo hiciste!

Dije igual de extasiada que el, dándole besos en la mejilla, pronto bajo de mis brazos y cayó encima de un jaguar, que lo llevo a través de la habitación selvática

Como si conociera el lugar a la perfección, trepando árboles, saltando y deslizando a Antonio por un tobogán de Bamboo

Cuando terminó el espectáculo un tanto peligroso, finalmente cayó en el suelo sin ningún rasguño

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