Capítulo 38

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Me tome un instante para pensar las cosas, sabía perfectamente cuanto me haría falta, pero tampoco podía impedirle que logrará sus metas, esto era algo que ella anhelaba y no podía negarle esa oportunidad

Alicia: amor, tu misma lo acabas de decir somos una sola y lo que anhelas tú, también anhelo yo, no podría ser tan egoísta para no permitir que hagas lo que tanto sueñas, yo no quiero ser impedimento alguno para que sigas alcanzando tus metas, sé que lo harás muy bien y aunque sé que va a ser difícil no verte en clases, esto que tenemos es más fuerte que cualquier distancia, seguro nos la vamos a ingeniar para vernos

Carmen: en verdad ¿no te causa molestia?

Alicia: nada de eso, y no porque no quiera verte, sabes que todos los días es lo único que pido a gritos, es solo que me da gusto saber que te ofrecieron ese lugar y debes aprovecharlo, demostrar la mujer y la gran profesora que eres, yo te apoyo mi amor

Carmen: en verdad no sabes cómo amo este apoyo que me das, lo que menos quiero es dejarte de ver en clase

Alicia: pero nos vamos a seguir viendo, no te había contado pero mi madre al fin encontró empleo, eso nos dará oportunidad a poder aprovechar un poco más nuestras tardes

Carmen: el viento corre a nuestro favor amor

Alicia: y aunque no fuera así, si nos tomamos de la mano podríamos ir en contra de todo y llegar a donde nos lo propongamos

Carmen: Te Amo tanto

Alicia: y yo a ti mi hermosa, eres lo mejor que me pudo haber pasado

Nos unimos nuevamente ante un cálido y lindo beso, una parte de mi estaba tranquila, y aunque me dolía un poco saber que ya no la vería todos los días, sabía que debía apoyarla en todo momento, quería verla feliz y si esto la hacía feliz no podía negárselo, terminamos de una sesión de besos, me ayudo a guardar por completo mis cosas y a llevarlas, salimos del aula en dirección al laboratorio de Lilia, íbamos a pedirle que les diera asilo a mis rosas ya que aunque me moría por conservarlas, en mi casa me matarían, durante el camino fuimos tonteando y riendo, nos topamos con la mamá de Paola en el trayecto la cual nos saludó muy distante y aunque omitimos la situación muy internamente pedía a gritos que no regara el chisme con Paola, ya en el laboratorio de Lilia estuvimos conversando con ella, Carmen le platico felizmente la propuesta que le habían hecho, Lilia al igual que yo le dio sus mejores vibras y la felicito por esa nueva oportunidad, no sabía exactamente cuánto quería Carmen este empleo pero cada vez que lo mencionaba podía ver sus ojos llenarse de alegría, comimos unas botanas que Lilia tenía mientras platicábamos a cerca de la salida del siguiente día, Lilia nos pidió que tratáramos de no dar sospecha al ir juntas y aunque casi casi nos hizo jurárselo, nuestras miradas de complicidad decían todo lo contrario, este momento era tan perfecto, yo me encontraba recostada sobre el sofá de la oficina de Lilia, reposando mi cabeza sobre las piernas de Carmen, que daba masajes a mi cabello, me encantaba admirarla hablar desde este punto, podía ver sus expresiones más lentamente y convencerme por completo del que era lo que me había enamorado completamente de ella, era tan excelente no ocultar nuestro sentir estando frente a alguien más, Lilia había sido tan buena con nosotras, haciéndonos sentir tranquilidad frente a ella, el momento se vio interrumpido cuando escuché mi celular sonar, me dispuse a poner de pie dirigiéndome hacia la silla donde había dejado mi mochila para sacar mi móvil, me aterró ver la hora que era y que en la pantalla el nombre de mi madre causaba las vibraciones en el celular, decidí contestar

Alicia: ¿Bueno?

*** Alicia ¿en dónde estás?

Alicia: aún sigo en la escuela

Mi Profesora..... Mi Gran AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora