El tiempo puede pasar demasiado rápido.
Habían pasado unos seis años desde lo de Baekhyun y otros cinco maravillosos años desde que decidió formar una relación con Taehyung.
¿Qué si costo?, ufffff.
Claro que costo, pero así es el amor.
Pero se atrevía a decir en voz alta que fue hermoso a pesar de los malos momentos, porque nadie, ni siquiera su primer amor, pudo moverle el piso como lo hizo Kim Taehyung con él.
Obviamente las peleas siempre eran bobas, aunque a veces había lastimado al menor con sus palabras tal cual lo hizo después con él, a veces uno tenía que correr detrás del otro y darse cuenta entre risas lo ridículos que actuaron.
A pesar de eso, Jungkook amaba la comunicación que tenía con Taehyung.
Todo fluía, las peleas no eran eternas, se solucionaban o las inseguridades de cada uno se charlaban, ninguno desconfiaba del otro siempre lo hablaban y cuando se miraban a los ojos solo podían decirse cuando se amaban.
Taehyung era su angelito, su hermoso compañero, su mejor consejero, su niño peleador, su pequeño osito, su bro de los videojuegos, su novio encantador, su amor, su felicidad y su todo.
Ama su sonrisa geométrica.
Ama su cabello ondulado.
Ama el sonido de su risa.
Ama como se ve cuando duerme.
Ama su puchero cuando se despierta.
Ama como Taehyung lo hace sentir, como si todo fuera posible y eso que Jungkook en ocasiones se considera una persona con pocas expectativas o vive en una nube negativa, pero cuando está cerca de la persona que ama siente como si la vida verdaderamente valiera la pena.
No tenía dudas.
Ama a Taehyung más de lo que posiblemente jamás se imaginó amar a alguien.
Nunca pensó amar tanto a una persona, nunca creyó que alguien podría adentrarse a su corazón, incluso antes de que Baekhyun entrara a su vida, no creía y ni pensó que en su vida iba a sentirse tan vivo, tan amado, tan apreciado por un solo ser humano que con solo una sonrisa ya lo tenía bajo sus pies, era esclavo del amor que sentía por ese chico que aceleraba su corazón todos los malditos días.
Peor aún, el sentimiento creía con los años, meses, semanas y días, cada vez que Jungkook lo veía a los ojos, solo podía ver a esa persona con la que iba a estar el resto de su vida, aunque suene algo cursi y exagerado, pero él estaba feliz, feliz con la persona que ama.
Lo que siente por Taehyung no se lo puede comparar o medir, simplemente existe, es real, es amor y justo como ahora, solo puede sonreír como tonto cuando lo tiene durmiendo encima de su pecho.
Tan bonito.
Era una cosita, pero encantadora, sin duda el chico más guapo del mundo lo tenía el.
Sin evitarlo llevo su mano a la tersa piel acanelada, pasando sus dedos lentamente por esas mejillas que amaba besar todos los días, mientras veía como el movimiento relajado de su respiración lo hacía ver tan angelical, con esas pestañas largas, ese pelo revoltoso y esos labios tan bonitos.
A pesar de los años y de que su lindo bebé ahora se viera como todo un hombrecito, eso no cambiaba para nada las ganas de protegerlo todo el tiempo, las ganas de arroparlo, tampoco es como si la personalidad risueña de Taehyung haya cambiado, pero si su cuerpo y su estatura.
Paso su mano por la espalda baja del chico para atraerlo más a su cuerpo, notando como este refregaba su carita con una pequeña risa entre sueños que hizo sentir enamorado al mayor.
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⌈Bᴇʏᴏɴᴅ ᴛʜᴇ Sᴛᴀʀs⌋ •KookTae•
Fanfiction"𝘚𝘰ñ𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘮𝘣𝘰𝘴 𝘵𝘦𝘯í𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘭 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘮𝘪𝘦𝘥𝘰 𝘪𝘳𝘳𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘦𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘺 𝘭𝘢𝘴 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢𝘴 𝘨𝘢𝘯𝘢𝘴 𝘪𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘰𝘭𝘢𝘣𝘭𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘣𝘦𝘴𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴". - No estoy listo para perderte - Nunca me perde...