Capítulo 39:Cetro oscuro.

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Los rayos rojos caían sobre las tumbas, una tras una.
De cada tumba salía un esqueleto cobrando vida, o lo más parecido a la vida que podrían volver a adquirir.
Hedeon lanzaba los rayos rojos de su cetro a la niebla del cielo, como un completo aficionado de Frankenstein.
Lo peor era que el suelo se estaba abriendo exponencialmente, lo más seguro era que iba a tener que salir de aquí volando.
Tuve que recordarme quien era para poder seguir adelante en ese ambiente apocaliptico, donde la tierra se abría a una dimensión de inframundo.
Tuve que recordar que era la chica explosiva y ambiciosa, que siempre combatía los problemas, se esforzaba por lo que quiere, daba hasta su último esfuerzo para conseguir sus metas y siempre se levantaba del suelo aunque se sintiera, derrotada.
Esa era yo, Helena Fleming y no iba a permitir fracasar una misión que me habían asignado de la que dependía el futuro del multiverso.
Era ahora o nunca.
Me giré atrás para ver la mansión, estaba solamente a un kilómetro más o menos, con lo cual no iba a ser difícil llegar volando, iba a tardar poco.
Y justo al lado del cementerio estaba súper cerca el río de sangre, lo cual me venía bien, nunca viene mal tener algún cebo o algo para chantajear.
Empuñé con fuerza la lanza ancestral, era lo único que funcionaría con los esqueletos (al menos en algunos videojuegos, y no hablo solo de mario bros) y puede que el fuego sirviera.
Era muy raro ya que de antemano ya aparecían con armaduras y armas de guerra (espadas, lanzas, escudos etc pero nada de armas de fuego).
_Estás muerto hijo de puta.-Le grité a Hedeon mientras que comenzaba a cortar los huesos de los esqueletos con la afilada lanza ancestral con su afilada hoja de la luna de sangre ( actuaba más como espada que como lanza, era una mezcla).
Pasaba exactamente igual que en los videojuegos, se iban descomponiendo los huesos, aunque más de uno llevaba escudo y no era fácil.
Huir de los enemigos en esta situación no era de ser cobarde, era de ser inteligente teniendo en cuenta que el único que importaba matar era a Hedeon, ya que esto no podía ir ya a peor.
La niebla estaba descendiendo y se volvía más agresiva, comenzaron a caer rayos rojos que donde caían abrían agujeros y la tierra se estaba abriendo.
No podía entretenerme con estos esqueletos, ni siquiera estaban vivos de verdad.
Cuando me había dado cuenta había descompuesto a unos diez por lo menos con solo la lanza, pero el cementerio era muy grande, no paraban de salir más y más esqueletos.
Mierda debía de huir lo antes posible de aquí, aparte de que era una locura, al menos por lo que había visto, sabía que el cementerio era la zona con la tierra más abierta, los esqueletos acabarían cayendo por la brecha, a Dios sabe donde.
Me elevé con las alas de fuego, sería mejor que estuviera el menos tiempo posible en tierra.

Hedeon se reía como un demonio mientras que lanzaba más y más rayos con su cetro oscuro.
Entonces caí en la cuenta, debía de ser igual en todos los reinos el poder del cetro dependiendo del tipo de poder que reinaba.
Mientras que en el reino Mistisenix la reina tenía el sol y el rey (ahora inexistente) posee el de fuego, y que pasaba igual pero eran cetros muy oscuros con Zeus sabe cuanto poder.
Tenía que conseguir que Hedeon me siguiese a la mansión.
_Eh, puto del infierno sígueme.-Traté de decirlo de la forma más imperativa posible.-¿No tienes en tu mansión todas tus investigaciones tan importantes? Porque las voy a quemar, voy a quemarlo todo con la furia del fénix.
Por fin me hizo caso y dejo de tirar rayos.-Ni se te ocurra mocosa, mi casa no la tocas.
_¿Ah sí? Odio que me subestimen.-En ese momento desee que mis amigos fueran ya de camino a la mansión y la llenarán de gasolina que tenía preparada el equipo de agentes secretos. Porque ahora mismo lo que más me preocupan eran ellos, es decir yo soy la única que ha recuperado los poderes ancestrales, ellos pueden caerse a los portales esos de lava que se están abriendo.
Pero se apañaran, son muy fuertes e inteligentes.
_Sigue la luz del faro.-Oí a Hecate de nuevo hablándome, como una señal divina.
Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando en el faro de la colina.
La luz se había vuelto roja y de repente señalaba a la sociedad química desde lo alto.
Debía de ser Daphne o Laila, que estaban intentando quemar la empresa desde las alturas, muy inteligente.
O solo era cosa mía y realmente era cosa de Hades, mierda había sido muy positiva.
Ese halo de luz representaba la influencia de Hades, con lo cuál solo ampliaría su poder y la influencia sobre la máquina creadimensiones.
Estaba realmente muy jodida, tenía que volar algo más bajo ya que la niebla tóxica me entraba en la garganta y apenas me dejaba respirar, me daba mucha tos.
Además la mansión de Hades estaba rodeada de enemigos y resulta que Hidra el dragón estaba en la colina de la mansión, y mis amigos iban de camino, estaban subiendo la colina asique llegarían en menos de diez minutos.
_¿Realmente piensas desafiarme de esta forma?-Dijo en su voz diabólica tratando de alcanzarme mientras me lanzaba rayos rojos con el cetro y los esquivaba todos.-Tal vez no te necesite para mi máquina y sea mejor matarte después de todo.
_Aquí el único que va a morir eres tú.-Formé una bola de electricidad y se la lancé causando que se electrocutara un par de minutos y casi cayera al suelo.-Ya que eres tan pesadito con los rayos te lo devuelvo, ¿Vale?
Al menos le había vuelto a callar un rato corto, estaba ya harta de manipularle y desafiarle, pero aún así no era tan malo como pensaba, es decir podría ser peor enfrentarme a él.
Al quedarse atrás, aceleré la velocidad para adelantar porque había demasiados enemigos en la colina.

Mistisenix y el reino de las tinieblas.[(Saga Mistisenix) (01)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora