Capitulo 8

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Reaccioné lo más rápido que pude y me solté del agarre dándome la vuelta bruscamente para ver de quien se trataba.

Lo que me faltaba.

— ¿Qué coño te crees que haces Cooper?

—¿No dijiste que estabas muy ocupada? — preguntó con una sonrisa burlona y que me daba ganas de meterle una hostia.

Se podía notar que él estaba muy borracho.

— Te dije que no quería saber nada de ti, es tan difícil de entender?

— Eso no me decías cuando te ponía a cuatro eh.

Automáticamente mi mano se dirigió a su cara y le di una bofetada que fácilmente pudo escucharla hasta mi hermano en casa. Me tambaleé un poco ya que estaba algo borracha.
La música estaba alta y la gente muy borracha, así que nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando.

— Mira Emma, no te hagas la dificil, que los dos sabemos lo zorra que eres — me agarró de un brazo y me apretó con fuerza.

— Suéltame Cooper, me haces daño — Traté de soltarme pero sabía que si forcejeaba mucho terminaría cayendo al suelo, y cada vez estaba más mareada.

No debería haber bebido, soy imbécil.

-- Anda vamos, por las buenas o por las malas -- estaba ya tan mareada que no podía ni mantenerme de pie, así que de alguna manera le fue más fácil llevarme donde quisiera.

De pronto, escuche una voz, no pude reconocerla pero me salvó la vida.

— Te ha dicho que la sueltes, es que no lo has escuchado o que?

— No te metas tío, nadie te ha llamado — discutió cooper.

— Sueltala antes de que tenga que romperte la cara.

Noté como me soltó el brazo y aquella voz me hablaba, pero yo ya no podía más.

— Emma me oyes? — preguntó sosteniendome con cuidado

— ¿Quién eres?

— Nos vamos a casa.

Colocó mi brazo sobre su cuello y me agarró las piernas para llevarme como una princesa. Ahí fue cuando lo reconocí, solo él olía así.

— Que bien hueles — dije casi cerrando los ojos.

— Gracias bonita, pero no te duermas vale?

— Vale — contesté asintiendo.

Cuando salimos de la discoteca sentí un golpe de aire frío que me vino bastante bien para espabilarme un poco, no mucho, pero lo suficiente como para no dormirme en ese mismo momento.

— Voy a llevarte a casa ¿vale? — dijo acomodándome en su coche.

— Noo, pero y mi coche? Se va a quedar aquí solito — hice un puchero.

— No te preocupes por él, dame las llaves y yo me encargo de él.

— Seguro? — pregunté mientras le entregaba las llaves.

— Si.

Arrancó el coche y comenzó a conducir, yo iba mirando por la ventana hasta que de repente mis ojos no aguantaron más y se cerraron por completo.

Se me hacía bastante raro la manera en la que me había afectado el alcohol esta noche, quiero decir, cuando me emborracho suelo tambalearme y lo normal, pero el hecho de no poder sostenerme en pie por mi misma era algo nuevo.

POV PIERRE

Aparqué frente a su casa y cuando la miré me di cuenta de que estaba dormida. No quería despertarla y de todas formas tendría que llevarla yo porque ella era incapaz de sostenerse. La admiré por unos segundos, sus bonitos labios, sus largas pestañas, su pelo despeinado. Solo pude pensar en lo perfecta que era.

Bonita casualidad | Pierre Gasly Donde viven las historias. Descúbrelo ahora