Cuando salí del pequeño shock en el que había entrado me di cuenta de que ya estábamos aparcados en un lugar diferente, frente a otro edificio. Charles me miraba con pena y me acariciaba el hombro izquierdo a modo de apoyo. Yo no podía parar de llorar así que solo pude seguir al ojiverde que bajaba mi maleta y entraba en el edificio. Después de subir en el ascensor paró frente a una puerta y sacó unas llaves para después abrir la puerta.
Me limpie un poco las lágrimas y pregunté.- Dónde estamos?
- Bienvenida a mi humilde hogar - dijo sonriendo levemente.
- Esta es tu casa? - pregunté mientras admiraba cada esquina del lugar.
- Si, esta es mi casa.
- Que bonita, es muy... tu.
- Suelen decírmelo.
Me hizo reir pero no pude aguantar el buen humor durante mucho rato. Realmente estaba destrozada después de haber visto aquello. Pierre y yo aun no éramos nada pero, como suelen decir, los casi algo duelen más.
- ¿Cómo estás? - preguntó el chico de mi lado.
- No lo sé. Triste supongo. - me lleve una mano a la frente y continúe - Charles, me he
gastado casi todos, por no decir todos, mis ahorros en venir hasta Mónaco porque pensaba que asi podriamos, no se, empezar a consolidar una relación pero me encuentro esto y... no se, estoy más decepcionada que triste a decir verdad. Y tampoco puedo reclamarle nada porque al fin y al cabo él y yo solo somos amigos.- ¿Decepcionada? De el?
- No, de mí, por haberme dejado ilusionar.
Me miró sin decir nada por unos segundos y habló.
- Te quedarás aquí mientras estés en Mónaco - dijo el muy seguro de sí mismo.
- No puedo quedarme aquí, ya he reservado un hotel Charles.
- Emma, puedes cancelar la reserva y que te devuelvan el dinero, además, no pienso
dejarte sola toda una semana por estas calles.- De verdad que no hace falta.
- Lo sé, pero quiero hacerlo, ¿para eso están los amigos no? - sonrió.
- Muchas gracias Charles, eres un sol - me acerque y lo abrace en señal de
agradecimiento.A pesar de conocernos desde tan solo 1 semana el ojiverde se había convertido en un muy buen amigo y le tenía mucho aprecio. Los primeros días igual me interesé por él de una manera diferente pero después de esta semana tengo bastante claro que solo lo veo como amigo.
- Ven, te enseñaré tu habitación.
Después de calmarme un poco mientras organizaba mis cosas Charles me ayudó a cancelar la reserva del hotel y recuperar aquel dinero. Cuando quise darme cuenta el chico que me acompañaba ya había preparado algo de comer.
- Esto esta buenisimo, no sabia que cocinabas tan bien - exclamé relamiendome los labios.
- Bueno, hay muchas cosas que todavía no sabes de mi Emma.
- Ya veo, eres una de esas cajas sorpresa.
- Se podría decir que si.
Llevaba horas sin mirar el teléfono así que decidí revisarlo un poco. Lo único que me encontré fue mensajes de mi hermano y Lando, quienes ya habían visto todo, y 500 páginas de cotilleo resubiendo las fotos de la fiesta de Mónaco, incluidas las de Pierre. No pude evitar echarme a llorar de nuevo.
- Ey, no llores - dijo Charles entrando en la habitación lentamente.
- No puedo evitarlo, y tampoco sé por qué me siento tan mal.
ESTÁS LEYENDO
Bonita casualidad | Pierre Gasly
RomanceDespués de cruzarse con el en la playa de Barcelona, Emma Fisher vuelve a toparse con aquel chico de ojos azules que tanta atención le llamó.