Janie's Got A Gun

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"Janie!" Me llamaba mi madre. "Baja de una vez, inservible."

Obedecí y baje para ver que quería.

"Sirve para algo y sal a comprarme más whisky" Extendió su mano para darme un billete de veinte dólares, lo tomé y me dirigí a la salida sin protestar.

Caminé hasta el supermercado, quedaba a dos cuadras de la casa.

"Lo de siempre para la ogra?" Me preguntó Thomas , el cajero. Teníamos la misma edad, de hecho crecimos juntos. Alto, cabello castaño a la altura de los hombros y ojos oscuros. Ha sido mi mejor amigo desde que tengo memoria, el es el que me ha consolado cada vez que mi madre me trata como mierda, después de todo el fue el que me brindo apoyo cuando mi padre falleció. Le debo mucho a Thomas.

"Lo de siempre para la ogra." Le sonreí.

"La casa invita."

"Tom, no. Puedes perder tu empleo por esto" Puse el billete de veinte a su altura para que lo tomara.

"Guárdatelo, es enserio. Ahórralo para la universidad."

"No podré ir de todas formas. Tómalo." Insistí pero el no lo tomaba. "Esta bien."

Tomé la bolsa con el whisky y me fui sin pagar, me guardé el dinero en el bolsillo y me fui a la casa. Se veía muy decente por fuera, nadie tenía idea de lo que pasaba adentro.
Los vecinos sabían que mi madre era alcohólica, eso no se podía ocultar... Pero eso era todo lo que sabían, sólo eso. Éramos un misterio.

Abrí la puerta y lo primero que veo es a mi madre golpeando a mi hermana menor, había perdido el control. La golpeaba de una manera abusiva, como si estuviera disfrutando lo que hacía. Me enfermaba verlo, es mi hermana. Algo en mi me impulsó a meterme en medio y alejarla de Cassandra.

Funcionó, se alejó de ella.
Pero ahora me tocaba a mi.

"Es una niña de seis años, estas enferma?" Tuve el coraje de gritarle. "¿Que te hizo? ¿Qué te hice yo? Dime."

"Váyanse. No las quiero ver." Dijo con un tono frío sin contestar mi pregunta.
Cargué a Cassandra y nos fuimos a nuestra habitación.

Cerré la puerta con seguro, ya no nos sentíamos seguras ni en nuestra propia casa. Quería ponerme a llorar, pero no podía. Mi prioridad era calmar a mi hermana.

"¿Qué pasó?" Me senté al lado de ella y le comencé a acariciar el cabello.

"Dijo que le recordaba a papá y luego me comenzó a golpear."

"Sólo por eso?"

"Si" Le di un beso en la frente. "Esta loca"

"Tengo mucho miedo."

"Lo sé, Cass." De repente noté como las lágrimas salían de sus pequeños ojos verdes, también noté los moretones que le había dejado la mujer. "Esto se acabará pronto. Lo prometo. Ahora duerme."

Me puse mis pijamas y me acosté al lado de Cass, ella ya estaba profundamente dormida.

Empecé a recordar todo lo que nos ha hecho, mis ojos se llenaron de lágrimas, y no sólo eso también había rabia.

Baje las escaleras con cuidado y me dirigí al sótano, digamos que no estaba pensando en lo que hacía...
Sólo seguí mi primer instinto, busqué el rifle que le pertenecía a mi padre y lo cargué. Había perdido la cordura.

Subí hasta la sala de estar, mi madre se encontraba dormida en el sofá. La pequeña mesa de madera que estaba enfrente de ella tenía cigarrillos y botellas de whisky por todas partes, como siempre. La observe con cuidado, una sábana verde cubría sus piernas, no lo voy a negar... Soy su viva imagen, me parezco mucho a ella por las facciones de la cara, el color de piel llegando a un tono pálido, cabello negro, en los ojos y hasta en algunos gestos que hago.

Devil's Got a New DisguiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora