Una misteriosa enfermedad se desató en todo el mundo, haciendo que los humanos muten y llegando a cambiar el orden de todo, no se sebe mucho de la enfermedad ni lo que hizo que esta llegara...solo se sabe que es peligrosa, y que cambia la vida de qu...
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... Esa noche...
Esa noche los gemelos lo dejaron en la puerta de su casa, sin embargo, este en lugar de entrar se fue caminando hacia un parque cerca de casa, como solía hacerlo cuando salía con Chifuyu, ir a caminar solamente, se quedó en un columpio sin mecerse ni nada, bajo la cabeza y sus lágrimas rodaron, "Soy tan débil", "No puede ayudarlos", "Tengo que salvarlos"... "¿Pero de que ahora?... No puedo ver más", era uno de esos momentos donde tienes un ataque de pánico y no puedes respirar, a la deriva en el espacio tiempo, perdido sin ninguna luz que lo guíe, apretó los puños intentando, su cuerpo dio un leve brinco al sentir unos brazos abrazando lo por la espalda. Extrañamente la presencia no le molesto para nada, estaba tan ido que en este momento podría pasarle un tren por encima y no lo notaría.
—Takemichi—Kun... — La voz del chico hizo eco en sus oídos al venir de la parte de atrás de su cabeza— Estas temblando... ¿Que tienes?...
—Ha sido una madrugada muy dura Naoto... — Sus lágrimas estaban más tranquilas, su respiración se calmó, pero era bastante tarde estaría por amanecer no es así — ¿Naoto que haces aquí tan de madrugada?...
—Takemichi—Kun...—La voz de la chica lo sacó de su trance, esta había estado ahí desde hace unos minutos, pero su leve aroma a margaritas no fue detectado por la lastimada nariz del otro, el chico peli negro se levantó y decidió darles sus espacios.
—¿Hina que hacen ustedes dos aquí?
—Emma-chan me llamo, me explico todo lo que había pasado y que estabas de alta así que vinimos a verte... ¿Estas bien Takemichi-kun?
—Oh... Si, solo estoy un poco agotado...creí que no nos veríamos en un tiempo Hina— La omega se sentó en el columpio del al lado.
—Se lo que dije, pero aun así quería saber si estabas bien o necesitabas algo... El hecho de que ya no seamos nada, no significa que no me importes lo sabes.
—Si te entiendo, estoy bien si es lo que te preocupa solo quería un poco de aire... — El oji azul se frotó la cara, ya estaba por amanecer— Ya está amaneciendo, deberían irse a casa y dormir, yo haré lo mismo... Nos vemos Hina— El chico se levantó y se despidió quitando la mano, su pensamiento le llevó sin intención a darle la mano en señal de despedida al pelinegro, ya lo había hecho muchas veces, pero valía la pena intentar— Nos vemos Naoto... — Se dieron la mano como despedida.
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