6. Vas a quedarte

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Era tarde, todos se habían ido a sus casas, el estudio estaba completamente en silencio y nosotros estábamos agotados tanto física, como mentalmente. Aunque tenía el corazón roto, era difícil escribir una canción de desamor.

- ¿Estás bien?.
Me preguntó Villamil mientras me miraba curioso.

Salí del trance melancólico de recuerdos en el que estaba y le contesté:

- Si, sí, estoy bien.
Me volteé rápidamente para limpiar una lagrima que salía de mi ojo.

Los dos músicos se miraron entre ellos con preocupación.

- Nena, sabes que también somos tus amigos, ¿no? Puedes decirnos lo que quieras, cuando lo necesites.
Dijo Isaza poniendo una de sus manos en mi rodilla tratando de reconfortarme.

Ya habíamos trabajado juntos un par de veces y estar con ellos era realmente agradable.

Había terminado con mi novio hace unos cuantos días y aunque sabía que tenía que hacerlo, no quería estar en ese lugar, no quería trabajar, me sentía deprimida y realmente no tenía la inspiración suficiente como para sentarme a escribir una canción. Pero ellos habían venido desde Colombia solamente para hacer esto conmigo, ¿Cómo podía evitarlo?.

- Si no te sientes bien, podemos continuar otro día, no hay problema. Dijo Isaza

- No, ¿Cómo creen? Ustedes vinieron hasta aquí para que pudieramos hacer esto más personal, denme 5 minutos, voy a respirar y seguimos.

Dejé mi cuaderno en la pierna de Isaza y salí corriendo al balcón del estudio unos cuantos minutos para tratar de tranquilizarme y aclarar mi mente, a los pocos segundos, Villamil salió conmigo.

- ¿Segura que estás bien?
Dijo mientras me entregaba una cerveza.

- Sí, solo que es tan mediático todo el tema de mi rompimiento con Miguel, que estoy un poco abrumada, no sé en qué momento se hizo tan pública mi relación ¿Sabes?, de repente las personas comenzaron a formar equipos para decir cual de nosotros dos tenía la culpa de que nuestra relación se acabara.

Él le dió un sorbo a su cerveza

- Es el precio que tenemos que pagar por hacer lo que amamos, la gente no sabe dibujar la línea entre lo que está bien y lo que está mal.

Ambos nos quedamos en silencio, mirando lo preciosa que es Madrid en la noche, en silencio y solo con su alumbrado público encendido.

- No tienes que sentirte abrumada, puedes contar con nosotros 4, ¿ok?.
Dijo mientras me tomaba de la mano

La luz de la luna pegaba directamente en su cara, sus ojos se veían más aún más verdes de lo normal y la tensión comenzaba a sentirse.

- Te ves muy bonita hoy, Aitana, ¿Ya te lo había dicho?

- Podrías decirlo un poco más seguido, no me voy a enojar si lo haces.

Dejé mi cerveza de lado, en la barandilla del balcón. Me acerqué a él, me puse de puntillas para alcanzar su cara y me dispuse a besar sus labios, ahí estábamos besándonos en el balcón de un estudio, en una fría noche de Madrid.

- Estás afectada, quizá por la cerveza y claramente por la tusa que tienes, no quiero aprovecharme de tí o de tu dolor.
Me dijo mientras me apartaba con delicadeza.

- Como siempre, un caballero.
Le dije bromeando.

- Es enserio, estás dolida y no creo que esto sea lo correcto.
Me dijo preocupado.

- Estoy lo suficientemente sobria, como para darte el consentimiento que estás buscando, así que vuelve a besarme.

- ¿Estás segura?

Amorat (one shots +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora