Capítulo 14

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Rinda

Papá y el tío Ryoga se comenzaron a pelear, lo escuche y creo que fue por mi culpa. Mi abuelita nos llevó a mi hermano y a mí a la habitación de él. Yo no me quería ir. Yo quería estar con papá.

Escuchamos cómo papá le grito al tío Ryoga y luego él a papá. Pero no alcance a entender lo que decían. La abuela Nodoka nos pidió que nos quedáramos ahí, mientras ella iba allá un momento.

Salió y Rokuro y yo nos quedamos ahí, sin decir ni hacer algo. Pero yo no pensaba quedarme ahí, yo quería saber que pasaba afuera, además tenía miedo que papá se volviera a ir.

Salí sin decirle nada a Rokuro, sabía que él obedecía, yo siempre obedezco a mi abuelita pero hoy no quiero hacerlo.

—¡Rinda! ¿A dónde vas? —grito Rokuro cuando escucho la puerta.

—¡Con papá! —le respondí.

—¡Vuelve acá! —volvió a gritar y salió corriendo tras de mí.

Cuando íbamos en el pasillo ambos dejamos de correr, nos acercamos poco a poco.

—Rinda—me regaño—, vámonos.

—No —no voltee a verlo y seguí caminando.

—¡Ranma, calmate! ¡No puedes actuar así! —grito la abuela Nodaka desde las escaleras, nosotros estábamos en el pasillo de arriba en silencio— Tus hijos están asustados, piensa en ellos. Ya no eres un joven Ranma.

Se quedaron todos en silencio un momento. Después escuché a papá hablar.

—Ya entiendo... el que sobra aquí soy yo ¿no? Yo soy el que ya no tiene un lugar aquí  —quice salir corriendo pero Rokuro me detuvo y me tapó la boca—entonces, esta bien. Entiendo Akane, ahora comprendo que sólo regresé para hacerlos sufrir, pero ya no importa, porque volveré a irme y no te preocupes ya no volveré a molestarte, no volveré a molestar a nadie. Nunca tuve que haber regresado —No, yo no quiero que papá se vaya, es el primer día que estoy con él, no quiero que esto acabe—. Pero, quiero que sepas que yo sí cumplí mi promesa, te fallé sí, pero no la rompí —se escuchaba que papá lloraba, y yo no quería que estuviera así—. Soñaba con volver y que me recibieras como lo prometiste, que lastima que no haya sido así.

Me solté de Rokuro como pude, no sabía de qué promesa hablaba papá, pero no quería que se fuera y volviera a dejarnos. No sabía bien que pasaba, no lo entendia, lo único en lo que pensé fue en no dejar que papá se fuera. Corrí escaleras abajo, quería abrazar a papá y pedirle que no se fuera.

Rokuro

La abuela Nodoka nos llevó a mi habitación en cuanto el tío Ryoga y papá comenzaron a discutir porque mamá ya no estaba con papá sino ahora con el tío Ryoga. Rinda se escapó y la verdad es que yo también tenía curiosidad y es por eso que aunque la regañe no la obligue a no acercarse. Escuchamos que papá dijo que volvería a irse, yo no supe que pensar. Había deseado antes que jamás hubiera regresado, pero ahora mi mente no estaba clara. Después de contarnos por todo lo que había pasado no.

Rinda no aguanto más y salió corriendo bajando por las escaleras rápido, al notarlo corrí tras de ella.

La abuela Nodoka la detuvo y no la dejó seguir avanzando, nos quedamos callados,  contemplando aquella escena que no esperaba, me sorprendí, pero no dije nada, y es que siempre, en el fondo, aun con todo el dolor y el rencor que le tengo a papá... quería volver a ver algo así.

Akane

No me importo nada en ese momento. No importo si Ryoga estaba ahí, o si rompería la promesa que acababa de hacerle; tampoco me importo si me estaría traicionando a mi misma. No me importo nada, en ese momento lo único que me importo fue no perder a Ranma, no después de tanto. No quería perderlo y por eso sin pensarlo al verlo así lo único que pude hacer fue correr y abrazarlo. Lo abrace por la espalda y las lágrimas bajaron por mi rostro.

—Perdóname Ranma— lloré, mientras me aferraba a su espalda con fuerza—, perdóname por favor, yo... también quería cumplir con mi promesa.

Me sentía mal, muy mal. Ranma no había podido volver no porque no nos quisiera, si no porque no nos recordaba, me partía el alma el pensar que el estuvo solo sin saber quien era, y aún así yo lo seguía lastimando. No tuve el valor para salir a buscarlo como se debía. Que tonta soy, yo aun amo a Ranma y eso nunca va a cambiar, el verlo así me parte el corazón, el volver a sentir su cuerpo junto al mío después de ocho años me transmite tranquilidad, necesitaba tanto volver a estar con él, sentirlo.

Pero Ranma no se movió y tampoco dijo algo.

—No quiero que vuelvas a irte Ranma, te necesito —lo último lo dije bajito solo para él y para mi.

—Ya no puede haber nada entre nosotros, aunque yo te ame, así lo has decidido ¿no, Akane? —me hizo volver a donde estaba, donde ya no podía estar con él, porque ahora estaba con Ryoga y yo le había prometido algo a él; lo solté rápido y no supe que responder.

—¡Papá! —Rinda entró corriendo y llorando por el pasillo —¡No quiero que vuelvas a irte! —me sorprendí, ella pudo haber escuchado todo— Por favor no te vayas papá—dijo mientras se acercaba a Ranma y lo abrazaba —no quiero volver a no estar contigo.

—Estaré contigo siempre, ¿si? mi niña —sus palabras la consolaron, Ranma limpió las lágrimas de Rinda.

Y aunque no me lo dijo a mí, sus palabras también me hicieron sentir más tranquila al saber que Ranma no se iría de nuevo.

Continuará...

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