Ranma
Abrace a mi hijo, y él me correspondió, me sentí tan feliz. Al final mi hijo creía en mi y al igual que Rinda no quería que volviera a irme. En ese momento decidí que a pesar de que Akane estuviera con alguien más, yo estaría con mis hijos, no los dejaría, no me importaría enfrentar a quien fuera para poder estar otra vez con ellos.
Sonreí, Rokuro termino el abrazo y me sonrió.
—Akane, está bien si quieres tener a alguien más —dije lo más frío qué pude, igual con decirlo me dolía el pecho —, pero yo no voy a irme, voy a estar con mis hijos sin importar lo que tú quieras —la miraba a los ojos, estaba llorando, tenia puesto un vestido largo, amarillo, un tanto suelto, su cabello seguía siendo corto y aunque había cambiado un poco de como la recordaba, seguía siendo hermosa. Mi pecho dolía y enfurecia cada vez que pensaba que alguien más puede tenerla, alguien que no soy yo.
Sé que hice las cosas mal, sé que el que Akane ahora este con otro es también mi culpa por haberme ido. Pero yo creía que me amaba tanto como yo la amo, porque aún sin importar el tiempo que pase lejos de ella y aun sin recordar nada había algo en mi qué no me permitía estar con alguien más, aun cuando tuve la oportunidad.
Ya era más de medio día, el sol brillaba afuera. Nos quedamos en silencio nadie hablaba, Rinda fue la primera en romper aquel silencio.
—Mamá, ¿verdad que tu no quieres que papá se vaya? —dijo agarrando a su mamá, ella la veía —dile, mamá, que aun había noches qué llorabas por papá, porque lo extrañabas, yo sé que pensabas que no me daba cuenta pero sí, mamá, dícelo a papá —Akane la miraba con asombro, con lágrimas en los ojos—dícelo y así podremos ser una familia.
Akane se quedo un momento callada viendo a Rinda.
—Y-yo hablaré con tu papá cariño, te lo prometo, le diré todo lo que tenga que decirle, no te preocupes
—¿Le dirás qué aun lo quieres? Dícelo mamá —pidió y Akane asintió limpiando las lágrimas qué salían de sus ojos.
—Pero mientras yo hablo con tu papá ¿por qué tu hermano y tú no van a comer algo? Deben tener hambre —sonrió—. Tía ¿podría darles algo, por favor? En la cocina hay comida —le hablo a mi mamá.
—Claro, hija— la verdad es que antes no lo había notado, puesto que aun no lo sabia; pero se veía que mis padres no era la primera vez que sabían de lo que tiene Akane con Ryoga y lo que es aun peor no se ve que estén molestos con ella, será que ¿están de acuerdo? —Vengan niños, les daré algo de comer, ven también tu Genma; debemos dejarlos hablar a solas.
Mis hijos sin decir nada solo voltearon a vernos y se fueron con sus abuelos hacia el comedor.
—Déjame explicarte Ranma —dijo Akane volteando a verme mientras yo aún seguía viendo por donde se habían ido mis hijos, de ahí podía verlos, estaba el comedor cerca —, ven por favor conmigo.
Gire la mirada para verla y no pude negarme ante su petición, además de que yo también necesitaba hablar con ella a solas.
—Está bien —dije tratando de no quitar mi tono frio de voz.
—Vamos al dojo —dijo—, ven.
Comenzó a caminar y yo la seguí, cruzamos el pasillo salimos de la casa y fuimos al dojo, al entrar ahí tantos recuerdos vinieron a mi mente, como el primer entrenamiento que tuve con Akane, hasta la última vez que entrene a mi pequeño Rokuro.
Nos quedamos en la entrada de este, Akane ahí se detuvo y yo al verla, también. El sol fue tapado por algunas nubes y un aire cálido nos invadió, me hizo sentir en casa. Seguía mirando aun afuera, aunque estaba frente a Akane.
—Ranma, yo... te necesito —voltee a verla, tenia la mirada agachada y se veía como cuando eramos novios, cuando eramos jóvenes y nos avergonzabamos de decir lo que sentíamos —yo también te necesito— me quede callado, no dije nada, quise esperar a que ella continuara —. Lo que dice Rinda es verdad, es cierto que todavía hubo noches qué llore por ti, por no saber nada de ti, porque cada vez que me hablaban de ti tenia que resistirme mucho para no ponerme a llorar ahí, creí que Rinda no se había dado cuenta, ella muchas veces me pregunto por ti y yo no sabia que decirle ¿qué le diría? ¿Qué podría decirle? —hizo una pausa —. Me has hecho tanta falta estos años Ranma, he tenido qué cuidar a nuestros hijos yo sola —ya había volteado a verme —, ahora yo ya no quiero reclamarte nada, no después de todo lo que te ha pasado, pero sabes, Ryoga siempre estuvo con nosotros —sabia que hablaríamos de él, y no sé si quería escuchar cualquier cosa que fuera a decir Akane, aun así no la detuve—, después de un año que te fuiste yo le pedí que fuera maestro en el dojo, no quería perder a los pocos discípulos qué aun quedaban y él era la única opción; Ryoga al principio se negó por ti, y luego por ti acepto después, dijo que cuando tu regresarás sería bueno que todavía tuvieras a tus discípulos y es por él que el dojo aun esta de pie, aunque claro yo siempre seguí dándole clases a los niños —se detuvo un momento, trate de no cambiar mi postura, trate de no expresar lo que sentí al escuchar todo eso, reemplazado totalmente —y la verdad es que, yo si estoy saliendo con Ryoga, pero es resiente, apenas llevamos unos meses y es porque yo creí que ya no volverías, te espere por tantos años y después creí que si Ryoga siempre había estado conmigo se merecía una oportunidad, él siempre me respeto, y siempre te hemos dado tu lugar como padre Ranma, siempre, sino porque crees que Rinda te ama tanto, él no es tu reemplazo, él nunca sería tu reemplazo, porque aún con todo eso... yo no he podido amarlo —volvió a detenerse, y quizá yo todavía podía tener una oportunidad; aun con el dolor que sentía, al escuchar de su boca lo último tenia esperanza de que así fuera—, yo no puedo olvidarte Ranma, yo también te sigo amando como siempre...
Continuará...
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Volveré
Fanfiction-Ranma... ¿qué haces aquí? ¿Por qué has vuelto después de tantos años?